Capítulo 13
SE casaron tres días más tarde, en
Londres y sin informar a nadie. Se registraron en el mismo hotel donde empezó
todo. Elena rió al ver el número de la habitación que les asignaron.
—Yo la pedí en especial —le informó Damon.
Llamaron a Anabelle desde el hotel. Damon
tenía a Elena reclinada sobre su cuerpo.
— ¿Que hicieron qué? ¿Se casaron? ¡Dios mío!...—Damon alejó el
auricular para que Elena escuchara la respuesta feliz de su madre.
—Tendremos la luna de miel más breve de la historia y estaremos
en casa mañana por la noche —continuó él— Quiere hablar contigo —informó Damon
a Elena, entregándole el aparato.
—Elena, querida. Me alegro mucho. Te dije que te amaba, ¿no es
así? Tú y tu hijo son bienvenidos en la familia —Elena hizo una aspiración
profunda. No le iba a ser fácil.
—Nuestro hijo —la corrigió temblorosa— Damon es el padre de mi
nene... Es una larga historia y prometo contársela toda, pero quise informarla
desde ahora.
Se produjo un largo silencio y Elena
deseó con desesperación haberse guardado la noticia hasta ver a Anabelle cara a
cara, pero el momento le pareció tan oportuno, que no pudo contenerse.
—Cariño... —había una gran compasión y comprensión en las
palabras de la anciana— No sabes lo feliz que eso me hace.
Elena entregó el auricular a su nuevo
marido.
—Ya se lo dije —le indicó, sin necesidad.
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