Secreto
Mel POV
Cuando
desperté estaba en una habitación con sueros y oxigeno otra vez, la enfermera
se dio cuenta y llamó al doctor minutos después el doctor llegó.
-Melisa,
¿cómo se encuentra?
-Agotada
-Es
normal, has sufrido muchas emociones en un solo día.
-Y
por favor llámame Mel
-Como
quieras Mel
-¿Cuándo
me puedo ir?
-Mel
la leucemia tenemos que tratarla y me gustaría que te quedases aquí ingresada
para observar como evolucionas durante un par de semanas.
-No
puedo hacer eso, mañana empiezan las clases de la universidad y mis hermanos se
van a preocupar, me gustaría marcharme a casa como muy tarde pasado mañana.
-Vale,
pero tendrás que venir cada dos meses a ponerte la medicación y debes decírselo
a tu médico allí donde vives, además de a tus hermanos, ya que necesitarás su
ayuda.
-No
ellos no se pueden enterar.
-Mel
hay secuelas después de tomar el tratamiento, ya que te bajan las defensas,
tendrás fiebre, toserás sangre, estarás más débil y necesitas el apoyo de la
gente que te rodea, mira en Oregón hay una asociación que ayuda a las personas
con tu misma enfermedad y lo primero que tienes que hacer es aceptar tu
enfermedad.
-Eso
es fácil decirlo.
-Sé
que no es fácil pero ellos están especializados en esto y te ayudarán a ti y tus
hermanos, por cierto no podrás tocar nada frío y conducir durante dos semanas
al menos.
-¿Algo
más?
-Nada
más, solo que mañana nos vemos vístete y ve a alguna casa de por aquí, ¿conoces
a alguien?
-Sí
no se preocupe
-Vale
pues entonces hasta mañana.
Salí
del hospital, la verdad es que no me encontraba nada bien, estábamos en verano
y yo a diferencia de los demás estaba temblando de frío llegué a casa de Arturo
y me abrió su novia.
-!!Mel!!
-Hola
Arturo, me has extrañado-dije poniendo mi mejor sonrisa-
-Claro
que te he extrañado pequeña, ¿qué haces aquí?
-Vine....-no
me atrevía a decírselo-mi nana murió-dije tocando el bolsillo de mi pantalón
dónde descansaba la carta de nana-
-Lo
siento, ¿de qué ha muerto?
-Cáncer
-Lo
siento, no te tenía que haber preguntado
-No,
está bien es solo que no me he acostumbrado todavía estoy cansada, ¿puedo
quedarme esta noche aquí?
-Claro,
estás en tu casa
-Gracias,
me voy a echar un rato.
Me
acosté sobre la cama, cerré los ojos y pensé en todo lo que se me venía encima,
las lágrimas bajaban a una velocidad bastante rápida. Tomé la carta que había
en mi bolsillo y la leí.
Mel mi niña, te quiero como a una
nieta y quiero que sepas, que estaré junto a tus padres protegiéndote.
No te encierres en ti misma y disfruta
tu vida cada día, no seas tonta y cuéntale a tus hermanos, lucha por tus sueños
y pon una sonrisa en tu rostro.
Si un día ves que todo el mundo se te
viene encima no hullas ve a un lugar tranquilo, al bosque y habla en voz alta
yo te escucharé siempre al igual que tus padres.
Superarás tu enfermedad te lo prometo,
te dejo todo lo que tengo a ti aunque no es mucho.
Te quiero mi niña. Cuídate
Jess, tu nana.
Tomé
la pulsera que había en el sobre y me la puse, mis lágrimas me nublaban la
vista y cada vez los párpados me pesaban más, minutos después o no sé me dormí.
Cuando desperté eran las cinco de la tarde, Arturo llamó a la puerta y se acercó
con cautela a mí.
-¿Estás
mejor?
-Me
has oído llorar ¿verdad?
-Sí
Mel, he estado a punto de entrar varias veces, pero no lo he hecho porque necesitabas
tu tiempo.
-Gracias-dije
abrazándole, mientras nuevas lágrimas salían de mis ojos-
-Mel
sé qué te pasa algo más, por favor dime que te ocurre estás más delgada y
pálida, tienes ojeras y tienes fiebre.
-Lo
siento....te he fallado, prometí que me cuidaría que estaríamos juntos siempre
hasta ser viejos y no lo he cumplido
-Mel,
me estas asustando ¿qué pasa?-preguntó apretándome contra él-
-Me
estoy muriendo
-¿Qué?
Mel no juegues con eso vale.
-Arturo
no te estoy mintiendo tengo leucemia me estoy muriendo-grite mientras las
lágrimas bajaban por mis mejillas-
-No,
Mel tú no, te pondrás bien con un trasplante.
-No
Arturo, los únicos compatibles y que me podían ayudar eran los mellizos, pero
no nacieron así que no hay solución me muero.
-¿No
hay tratamiento?
-Sí
me lo tomé ayer, mañana tengo que ir otra vez al hospital para que el doctor me
vea tendré que venir cada dos meses.
-¿Se
lo has dicho a tus hermanos?
-No
y espero no se enteren por el momento voy a intentar llevar mi vida como hasta
ahora y cuando llegue el momento indicado se lo diré.
-Mel
deben saberlo.
-Lo
sé pero ahora no, primero me tengo que hacer a la idea de lo que me está pasando
y luego ya se lo diré
-Está
bien, cuenta conmigo cuando quieras ¿vale?
-Gracias,
¿puedes dormir conmigo esta noche?
-Claro
princesa.
A
la mañana siguiente fui al hospital acompañada de Arturo y me dieron cita para
dos meses después, fui al aeropuerto acompañada de Arturo y su novia para volver
a casa.
-Mel
cuídate vale si te encuentras mal llámame que iré a por ti.
-Shhh...Me
vas a hacer llorar Arturo, ya sabes no se lo digas a nadie me oyes, es un
secreto.
-Vale,
pero quiero que sepas que no estoy de acuerdo con tu decisión, pero la aceptaré,
nos vemos en dos meses.
-Adiós
No hay comentarios:
Publicar un comentario