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BIENVENIDOS A TOD@S A ESTE BLOG, ESPERO QUE DISFRUTÉIS LEYENDO LAS ADAPTACIONES DE CRÓNICAS VAMPÍRICAS.

COMO SABÉIS LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN Y LAS HISTORIAS QUE ADAPTARÉ TENDRÁN EL NOMBRE DE LA AUTORA AL FINAL DE CADA HISTORIA


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06 marzo 2013

Mentiras Capitulo 11


Capítulo 11
Elena no tenía  palabras  para definir el miedo  que le daba  meterse en el avión de vuelta a Nueva York. Los dos últimos  días habían sido perfectos y, si aquello había  sido sólo un sueño,  no quería despertar.

–Todo  va a ir bien –le dijo él como si hubiera podido  percibir lo nerviosa  que estaba–.  Confía  en mí.
Le habría encantado que  fuera  tan sencillo.  Trató de relajarse y se preparó para el largo vuelo.


Fue Damon entonces el que  pareció ponerse más y más nervioso  según se acercaban a Nueva York.

No habían hablado de cómo  iba a ser su vida en Nueva York, ninguno de los dos había querido echar a perder los dulces momentos que habían tenido en la isla hablando de la dura  vuelta a la realidad.
Un coche  los esperaba en el aeropuerto para  llevarlos de vuelta al piso de Damon. Estaba nevando. Damon la rodeó con su brazo y le dio un beso en la sien.

–¿Sabes lo que me apetece hacer  ahora? Voy a pedir que nos lleven la cena a casa, comeremos frente a la chimenea y después, haremos el amor  hasta  que amanezca.

Suspiró  al oírlo  y se relajó  contra su torso.  Damon había  intuido a la perfección lo que necesitaba escuchar en ese momento para poder relajarse.

 –Lo he pasado  muy bien en la isla –le dijo ella.

–Me alegro.  Yo también. Ha sido como en los viejos tiempos, ¿verdad? O puede que incluso  mejor.
Elena asintió  con  la cabeza.  Ella también tenía  la sensación de que esa vez podía  ser mejor,  era una relación  más honesta y real.

Habían pasado  los últimos  días riendo, hablando y haciendo el amor.  Le habría encantado no  haber tenido que volver a Nueva York.

–Le pedí  a Jansen que llamara  a la clínica. Tienes una cita con tu médico mañana.
Sonrió  al ver lo preocupado que estaba.

–Después  de los últimos  días que he pasado  contigo, creo que ya estoy mucho mejor.

Vio que  a Damon le gustaba  oírlo  y le dio un  beso en los labios.
El coche  se detuvo  pocos  segundos después, ya habían llegado  al edificio de Damon.
Él salió rápidamente y la ayudó, acompañándola hasta  la puerta para  que  no  se enfriara demasiado. Mientras  subían  en  el ascensor, se le hizo un  nudo en el estómago. No le gustaba  nada  estar  allí, en su casa y en esa ciudad.

–El chófer no  tardará en  subir  las maletas.  ¿Por qué  no te pones  cómoda en el sofá? Mientras  tanto, prepararé la chimenea. ¿Tienes hambre?

–No, ahora mismo  no.  Pero  me encantaría que pidieras comida  tailandesa para cenar.

–Eso está hecho –repuso Damon–. Ahora,  túmbate en  el sofá y pon  los pies en  alto.  Tienes  los tobillos algo hinchados después del vuelo.

 Era increíble tenerlo tan pendiente de ella, pero no se quejó  y siguió sus consejos.
Damon llegó poco después con un zumo. Estaba sentándose en el sofá cuando le sonó el teléfono móvil.
Vio que Damon fruncía el ceño al ver quién llamaba.

–Hola, mamá  –saludó  al contestar.

–Sí, ya estamos  de vuelta.  Escucha,  mamá.  ¿Por qué le dijiste a Charlotte que fuera? No me gusta que te metas  en  mi vida. Tienes  que  aceptar que  Elena está conmigo. Si no  puedes hacerlo, vamos a tener serios problemas tú y yo.

Le pareció increíble que  le hablara así y le gustó ver esa nueva faceta de Damon.

–Ya veremos  –continuó él poco  después–. Por ahora, necesitamos pasar algún tiempo juntos, sin interferencias de ningún tipo. Te llamaré  cuando estemos listos para ir a cenar  a tu casa.

Ella hizo una  mueca  al oírlo,  pero  era  la madre de Damon y tenía  que  soportar ciertas  cosas. Después de todo,  se trataba además  de la abuela  de su bebé.

–Yo también te quiero, mamá.  Acabamos  de llegar y los dos estamos cansados.

Damon colgó y dejó el teléfono en el sofá.

–Mi madre se ha disculpado por la actitud de Charlotte  y también por  la suya. Quiere que  vayamos a cenar  a su casa cuanto antes  y le he dicho  que lo haremos  cuando estemos  preparados –le explicó  él.

Como  no sabía qué decir,  no dijo nada.  Tomó  el vaso del zumo y bebió.

Alguien llamó al timbre y Damon se levantó del sofá.

–Debe de ser nuestro equipaje. Ahora vuelvo.

Le dio un beso en la frente y salió del salón.

Se tumbó de lado  en  el sofá y se quedó absorta mirando la maravillosa vista. Sequía  nevando y no se cansaba  de observar  cómo  caían  los copos,  era muy relajante. También era agradable tener la chimenea encendida, parecía un hogar  de verdad.

Se tapó  con la manta de sofá y no luchó  contra el sueño  cuando se le fueron cerrando los ojos. Sabía que Damon la despertaría cuando fuera la hora de cenar.

Cuando Damon volvió al salón, vio que  Elena se había quedado dormida. Tenía  un  aspecto  muy inocente, no era así como se imaginaba a una  mujer  capaz de enfrentar a un hermano contra otro.
Sabía que  era  mejor  no  pensar en  esas cosas. Se habían prometido olvidar  el pasado, pero  no  podía evitarlo.

Prefería no pensar en ello y concentrarse en esa segunda oportunidad. Pero, para lograrlo, tenía  que descubrir qué era lo que había  fallado  en el pasado. Tarde o temprano, iban  a tener que  hablar de ello.
Tomó  su teléfono móvil y, sin hacer  ruido, se fue a otra  habitación para  llamar  a Tyler y a Cameron.

2 comentarios:

  1. diooos que ganas tengo de que se descubra la verdaaad¡¡¡ y que daimon se sienta culpable por desconfiar de ellaaa¡ jaja gracias y espero el próximo ^^

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  2. Me alegra que te guste,gracias por seguir comentando día a día y siento no contestar siempre ;)

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