Mi Salvador
Melisa POV
Salí
de la academia de defensa personal y me fui a un restaurante cercano para comer
algo, sabía que Arturo tenía razón y que solo quiere ayudarme, pero era el
mejor trabajo pagado, aunque algunas veces sea peligroso, como la noche que
intentaron matarme.
Estaba
pensando en eso, cuando llegué a mi restaurante favorito, me senté en una de
las mesas más alejadas y pedí como
cada
día una cerveza y para comer unos estupendos espaguetis a la carbonara y de
postre un delicioso helado veneciano. Tomé la mochila y fui a casa de una
compañera de trabajo a dejar mis cosas.
-Hola
Melisa.
-Hola
Anne, ¿lista para empezar?
-Sí,
¿podrías hacerme un favor?
-Anne
conozco esa mirada, ¿qué ha pasado ahora?
-Necesito
que me prestes algo de dinero Mel, por favor será la última vez.
-Anne
eso fue lo que me dijiste el mes pasado.
-¿Para
qué necesitas el dinero ahora?, ¿para las pastillas, la mariguana o para alguna
droga más?
-Por
favor lo necesito, si no me das el dinero me matarán.
-¿Anne
es el tipo que vino el mes pasado al bar, el que intento pegarte y al final
sacando una navaja un poco más y me mata?
-Sí,
es Jason por favor le dije que era para ti y que hoy me pagarías.
-¿Qué?
Por qué has hecho eso, tengo dos hermanos y esa gente no parará hasta matarme
si no pago ese dinero. Soy tu amiga y así me lo pagas Anne, ¿por qué me metes
en tus líos con las pastillas?
-Lo
siento de verdad, no sabía que decirle para que me diera más tiempo y fue lo
único que se me ocurrió en ese momento.
-Lo
siento mucho Anne, pero no te voy a ayudar, esta vez no ve a la policía y les
cuentas
-Estás
loca, me meterían en la cárcel.
-¡Qué!
¿Tienes miedo de ir a la cárcel antes de que te maten?
-Por
favor ayúdame esta vez, te juro que será la última Mel.
-No
sé cómo lo haces, pero siempre terminas consiguiendo lo que quieres.
-Toma,
es lo que he ganado hoy en la academia espero que sea suficiente y una cosa
más, no me busques más para que te preste dinero que no lo voy a hacer, me has
oído.
-Gracias,
prometo que no te volveré a pedir dinero nunca más.
-Venga
vamos o Blas se preocupará porque no hemos llegado.
-Mel,
¿te gusta Blas?
-¿Qué?
Estás loca podría ser mi padre Anne.
-Ya,
pero como siempre está contigo y haciendo cosas por ti, pues pensé que tal vez
le ofrecías tu cuerpo...o algo parecido.
-¿Que
qué? Eso piensas de mí, creí que me conocías Anne, yo no soy una furcia como tú
o como Tatiana, sabes no me vendo a los hombres por dinero, eso nunca, y si
estamos tan unidos es porque él conocía a mi padre y me ofrece dinero a cambio
de que le ayude con su hija de 14 años en la escuela.
-Lo...lo
siento no sabía...
-Déjalo
y vamos.
-Hola
chicas, ya estaba preocupado por vosotras, nunca llegáis tarde.
-Hola
Miguel, ¿dónde está tu padre?, necesito hablar con él.
-Está
en su despacho con Kate.
-Vale,
gracias Miguel.
Corriendo
como una bala fui a su despacho, pero antes de entrar paré en seco, parece ser
que la que se trabajaba, al viejo Blas era nada más y nada menos que Kate, no
sé por qué no me extraña cuando los gemidos cesaron, llamé a la puerta.
-Blas
soy Melisa, ¿podemos hablar?
-Esto....Melisa,
espera un minuto que estoy en el servicio-mientras cerraba una puerta,
seguramente la de su armario-pasa.
-Hola
Blas-dije dándole un beso en la mejilla-
-¿Qué
ocurre pequeña?
-Es
sobre el trabajo.
-¿Qué
pasa?
-Quiero
dejar de bailar esta noche será la última vez, voy a seguir tu consejo y el de
mi amigo y voy a hacer mi sueño realidad.
-Me
hace muy feliz tu decisión y me alegro de que te vayas de este lugar no estoy
tranquilo cuando veo a esos borrachos verte bailar, sobre todo desde el día en
el que casi te matan.
-Ya
lo sé, bueno te dejo voy a cambiarme de ropa, por cierto dile a Kate que salga
del armario y que la echaré de menos-dije con una sonrisa picarona adiós Blas.
-Hasta
luego Melisa-dijo cuándo cerré la puerta-
Fui
a los vestuarios me puse mi conjunto y salí a bailar al escenario seguida de Anne.
La
música lenta empezó a sonar, poco a poco con el ritmo de la música empecé a
mover las caderas mientras un cubito de hielo se derretía por mi escote, los
clientes pronto empezaron a silbar y a pedir que me desnudara, poco a poco me
quite la camisa, mientras seguía el ritmo de la música, Anne me seguía al lado
quitándose la falda, mientras bailaba en la barra, de un salto bajé del
escenario y subí a la barra del bar mientras seguía moviendo mis caderas y le
pedía a Miguel un chupito de tequila, me lo tomé de un sorbo y
seguí
bailando, bajé de la barra y volví a subir al escenario.
En
ese momento un chico rubio, con ojos claros y alto se acercó al pasillo de los
camerinos, era bastante guapo y él no parecía de ese tipo de hombres que va a
divertirse a un lugar como este, seguí bailando y de pronto unos gritos empezaron
a oírse en el local, asustada cogí mi ropa y me intenté bajar del escenario, en
ese momento escuché un disparo y me quedé quieta, miré a mi
derecha,
donde minutos antes estaba Anne y vi como esta se retorcía de dolor en el
suelo, la bala le había dado en un hombro.
-Anne,
¿estás bien?-pregunté taponándole la herida con la camiseta del uniforme-
-Mel
cuidado.
Cuando
me quise dar cuenta tenía a Jason sobre mí.
-Suéltame
desgraciado-grite-
-A
mí no me hables así-dijo tras golpearme-
-Cómo
te atreves a pegar a una chica-dijo una voz tras de mi
-Valla,
chica ¿qué es tu noviecito?
-Sí
es mi chica, así que si no te importa déjala.
-Jajajaja,
crees que es tan fácil, pues te equivocas
En
ese momento ese chico y Jason empezaron a pelearse, en uno de sus movimientos
el chico, acabo empotrado contra una pared sujeto del cuello por Jason, me
levanté del suelo tomé una botella de la barra y la estampe en su cabeza, al
mismo momento que se escuchó un segundo disparo.
El silencio inundo el local y yo caí al suelo,
parece ser que la bala me había alcanzado y no me di cuenta, a mí alrededor
escuchaba las voces de Miguel, Blas y la de aquel chico que me ayudó.
Poco
a poco la oscuridad fue avanzando, hasta que me cubrió por completo.
Un
ruido a mi lado hizo que abriese los ojos, al hacerlo una luz muy fuerte me cegó,
el hombro me dolía mucho y casi no me podía mover, a mi alrededor escuchaba
voces pero no las reconocía intenté mover la cabeza pero no podía, un hombre
según su tono de voz se acercó a mí y me puso algo en la boca, y poco a poco
caí en un profundo sueño.
Estaba
rodeada de luz, me senté y estaba bajo el sol en un claro y delante de mí había
una gran cascada, los pájaros cantaban felices, había preciosas mariposas
volando a mí alrededor y cerca de la cascada, había una pareja de ciervos
bebiendo agua. Esto me recordaba a una película de dibujitos animados que vi
cuando era pequeña.
Me
puse de pie y me acerqué sin hacer ruido a esa maravillosa cascada, me senté y
miré el agua, al ver mi reflejo en el agua me asusté, esa no era yo era mi
madre o eso creía, llevaba un vestido
de
tela blanco largo precioso y una especie de corona de hojas de olivos con florecillas
blancas, la ropa me recordaba a las vestimentas de las mujeres romanas y
griegas.
Una
voz llamándome me sobresaltó.
-Melisa,
¿dónde estás?
Al
no reconocerla no contesté.
-Melisa,
hija vamos vuelve-me decía ahora la voz de una mujer-
Despacio
me acerqué al lugar de dónde venía esa voz.
-Melisa,
hija menos mal que estás bien, no sabes lo preocupados que estábamos.
-¡¡Mamá!!-dije
abrazándola a la vez que lloraba-
-No
sabes el susto que nos has dado a tu padre y a mí.
-Lo
siento, ¿dónde está papá y mis hermanos?
-Melisa
otra vez con tus tonterías, ya te lo he repetido muchas veces tus hermanos desaparecieron
hace cuatro años y hace un mes desapareciste tú, menos mal que no nos rendimos
y al fin te hemos encontrado.
-Claro-dije
algo triste-
-Bueno
y ahora vamos a casa te tenemos que preparar para tu fiesta de compromiso-me
dijo feliz-
-Mel
ven, vuelve conmigo vamos-escuche decir a John-
-¿John,
dónde estás? ¿Mamá? ¿Dónde estáis todos?-pregunté mientras todo se volvía
oscuro-
-John,
Samuel, mamá, papá-grité, pero nadie contestaba-
Poco
a poco empecé a escuchar unas voces más fuertes y cercanas, una de esas voces
estaba segura que era la de mi hermano John hablando con alguien del cual no
conocía su voz.
Empecé
a abrir los ojos poco a poco, mientras un pitido muy molesto empezaba a sonar
más fuerte.
-¿Melisa?
-Mmm,
¿dónde estoy?-dije intentando levantarme-
-Quieta
no te levantes, voy a llamar al doctor
-¿Al
doctor? ¿Estamos en un hospital?-dije levantándome de golpe, cosa que no
debería haber hecho, porque mi brazo izquierdo me dolía demasiado-
-Serás
burra, Melisa estate quieta mira se te han saltado los puntos-me regaño Samuel-
-¿Cuándo
has llegado tú?
-Llevo
aquí desde hace tres días.
-¿Tres
días?
-Sí,
llevas dormida tres días y por cierto cuando te den el alta, los tres tenemos que
hablar muy seriamente-dijo John-
-Hola,
me alegro de que te hayas despertado ya-me dijo Arturo mientras entregaba dos
vasos de café a mis hermanos-
-Hola
Arturo me podéis explicar, ¿cómo llegué aquí?
-¿Qué
es lo último que recuerdas?-pregunto Arturo-
-Yo
estaba trabajando como todos los días en....-me callé, no se podían enterar mis hermanos, así no-
-Melisa,
lo sabemos nos lo contó todo Arturo después de que llegase a casa corriendo, diciendo que estabas en el hospital
herida
de
bala-dijo John-
-Lo
siento-dije-
-¿Por
qué no nos dijiste nada? esta es la segunda vez que casi te matan Melisa, según
nos ha contado Arturo
-Mira
Samuel, no voy a permitir que me grites, vale si estaba trabajando en ese
maldito club, era para poder llevar dinero a la casa y poder sobrevivir los tres
y poder pagar vuestras matrículas de la escuela.
-¿Y
no había otros trabajos que no fuesen de furcia?-bramo-
-Qué,
¿cómo te atreves? no soy ninguna cualquiera me oyes-dije llorando de rabia y de
dolor, ya que sin darme cuenta, lo había golpeado con el brazo herido-ahí-me
quejé-
-Buenas
señorita Waldorf, pero ¿qué ha pasado aquí?-preguntó el
doctor-Esto
tiene mala pinta, se te han saltado varios puntos y estás perdiendo mucha
sangre, por favor pueden salir de aquí un momento-pidió el doctor a mis hermanos
y a.... ¿cómo? ¿Qué hace ese chico aquí?- ¿quieres que tu novio se quede?
-¿Cómo?
-Ese
chico, ¿no es tu novio?
-No,
ni siquiera lo conozco
-Pues
no lo parece, no se ha separado de ti desde que llegaste aquí el viernes y gracias
a él sigues aquí, perdiste mucha sangre y en el almacén del hospital tu grupo
sanguíneo se había agotado, debido al accidente de tráfico que hubo y él amablemente
se hizo una transfusión.
-Valla
¿por qué lo has hecho?
-Bueno
esto ya está que descanses.
-Gracias-dije
mientras el doctor salía de la habitación y volvían a entrar mis hermanos y la
policía-
-¿Melisa
Waldorf?-dijo el policía-
-Sí
soy yo
-Veníamos
a tomarle declaración, sobre lo sucedido en el Club Nocturno Los Ángeles, el
viernes.
-Claro.
-¿Alguien
más de los aquí presentes, presenció lo ocurrido?
-Yo-dijo,
el chico rubio de ojos azules y alto-
-Bien,
pues los demás salgan fuera por favor.
-Señorita
Waldorf, usted el viernes le dijo a su jefe que dejaba el trabajo ¿no es así?
-Sí
así es
-Bien
sabe usted, si ¿alguna de sus compañeras del club, tenía problemas de dinero
por las drogas?
-Sí
-Esa
chica se llamaba Anne?
-Sí
agente, se llama Anne
-Conocía
a Jason?
-Hace
un mes vino al club a ver a Anne y estuvo a punto de golpearla, yo me interpuse
y al estar borracho, estuvo a punto de matarme con una navaja luego no volvió a
aparecer.
-Su
amiga le debía dinero entonces, ¿no?
-Sí,
esa misma tarde me pidió dinero prestado para pagar su deuda con él y le dije
que sería la última vez
-¿Nunca
se le ocurrió ir a la policía a denunciarlo?
-Agente,
esa chica es solo una compañera y no soy quien para meterme en su vida, solo la
ayude un par de veces y ya.
-Un
par de veces que casi le cuesta la vida, bueno y ¿qué ocurrió cuando Jason entró
en el club?
-No
estoy segura, pero sé que no iba solo, iba con sus colegas un chico y una chica,
si no me equivoco
-¿Son
estos?-dijo el agente enseñándome una foto-
-Sí
eran ellos
-¿Qué
pasó después?
-No
lo sé, empezaron a escucharse golpes y gente gritar y luego escuché un disparo
cerca de mí-dije tragando saliva, mientras el chico extraño me tomaba de la
mano, ese gesto me tranquilizo-cuando miré a mi lado Anne estaba sangrando en
el suelo.
-Bien
y ¿qué paso después de eso?
-Intentó
golpearme y abusar de mí, pero este chico lo golpeo y me lo quitó de encima-dije
mirando al chico con una sonrisa-gracias.
-Luego
¿qué pasó?
-Después
empezaron a pelearse, hubo un momento en el que me asusté mucho por lo que le
hiciera al chico y tomé una botella y se la rompí en la cabeza, luego lo único
que recuerdo es un disparo doble.
-Sí
unos de los disparos te dio a ti y el otro a la misma vez, pero por otra pistola
mató a Anne.
-¿Qué
Anne, está muerta?
-Sí
señorita Waldorf murió en el acto
-Bien,
pues gracias por su ayuda chicos, os dejamos solos-dijo el agente con una
sonrisa-
-Gracias-contestamos
los dos a la vez, lo que nos hizo estallar en carcajadas-
-¿Y
tú dices que no sois novios?-dijo mi hermano John, mirando nuestras manos
entrelazadas-
-Yo,
lo siento.
-No
me importa, la verdad.
-Gracias,
por salvarme de aquel tipo y por darme de tu sangre
-Ya
estamos empate, tú me salvaste de que ese tío me estrangulara.
-Sí
-Bueno
ya has despertado y yo tengo que irme a casa, se suponía que llegaba el viernes
y mi madre se va a preocupar.
-Gracias
otra vez salvador-dije de guasa-
-¿Salvador?-dijo
alzando una ceja-
-Sí,
no sé tu nombre asique salvador-dije riéndome-aunque no me parece justo, tu
sabes mi nombre.
-Eso
es verdad mi nombre es... Janick Stuart.
-Janick,
bonito nombre pues encantada de conocerlo Jass-dije-
-Jass,
valla me gusta-dijo riéndose-espero verte de nuevo Melisa, adiós.
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