Distancia
El resto de
semana pasó tranquila, Josh y mi padre
seguían buscando a Tayler que parecía haber sido tragado por la tierra, sus
llamadas y “regalos” dejaron de llegar, y eso me relajó algo, al final los
chicos decidieron que en vez de salir a dar una vuelta por ahí decidieron hacer
una especie de reunión en mi piso, asique el viernes Alison, Ruth, Tessa y yo
fuimos a comprar lo necesario para el fin de semana.
Fuimos al
centro comercial a comprar la comida y después al cine, cuando ya teníamos todo
lo necesario volvimos a mi casa cenamos las cuatro y nos despedimos hasta el
día siguiente, ese fin de semana fue muy relajado y eso lo agradecía.
El miércoles
visité a mi padre y a Sue para ver cómo estaban, y fue de camino a su casa
cuando un coche golpeó el mío y me sacó de la carretera, la cabeza me dolía
bastante y quería cerrar los ojos, lo último que escuché fue mi móvil sonar.
Me dolía
todo el cuerpo y cuando quise abrir los ojos me di cuenta que ya era de noche,
estaba desorientada y la cabeza me daba vueltas, el pitido de una máquina me
taladraba la cabeza de forma insistente hasta que la voz conocida de William
llegó hasta mi lado.
-Claire,
¿cómo te encuentras?-preguntó pasándome una luz por los ojos-
-Creo que
bien, aunque me duele bastante la cabeza
-Tranquila
es normal, ¿recuerdas lo que ha ocurrido?
-Recuerdo
que iba dirección a casa de mi padre, y luego un coche salió por mi derecha y
cuando estaba cruzando la calle aceleró y chocó contra mí
-Claire nos
diste un buen susto pequeña-dijo mi padre abrazándome-
-Lo siento
papá
-Hija no es
tu culpa, por cierto fuera están unos compañeros para hacerte unas preguntas
sobre lo ocurrido, quieren saber lo ocurrido y si viste al conductor….
-Papá, solo
recuerdo que ese coche se estrelló con el mío nada más
-Claire, al
fin despertaste-dijo mi hermano abrazándome-me asustaste mucho hermanita, no
vuelvas a hacerlo
-No te
preocupes Derek, dejaré de ir en busca de coches para estrellarme-dije
riéndome-
-Tonta, a
por cierto un repartidor trajo esto no tiene tarjeta-dijo dándome un ramo de
rosas-
Al verlo
sonreí, mi admirador volvía a las andadas, pero ¿cómo sabía que estaba en el
hospital?
-Por lo que
veo sabes quién las envía, ¿algo que debamos saber?-preguntó Jared-
-Este…será
de…no sé, llevo días recibiendo flores de alguien que no deja tarjeta alguna
-Oh cuñadita
tienes un admirador secreto-dijo Ruth-
Me moví
incómoda en la cama y decidí levantarme de la cama, lo que fue un error ya que
todo empezó a darme vueltas.
-Cuidado-dijo
una voz que me hizo levantar de forma brusca-
-Estoy bien,
suéltame
-Claire hija
no seas así con Brian, no sabes lo preocupado que ha estado estas horas por ti.
Ese
comentario me dejó helada, Brian preocupado por mí, eso era raro muy raro. A
los dos días me dieron el alta y volví a mi “vida normal” siempre estaba
acompañada por alguien y en ningún momento me dejaban sola, eso me ponía de los
nervios sobre todo mi hermano que me trataba como si estuviese muriéndome.
Pronto los
días fueron pasando y seguían sin noticias de Tayler, era finales de Septiembre
y ya mi jefe me había dicho que en dos días tenía que marcharme a Londres hasta
Noviembre y después a Italia durante un año.
-Claire hija
cuídate y llámame cuando llegues
-No te
preocupes papá estaré bien
-Lo sé pero
también sabes que solo me puedo comunicar con vosotros una vez cada cierto
tiempo cuando Josh me diga por
precaución…por si Tayler….
-Lo sé.
-Si ves algo
raro no dudes en decírmelo y llamo a la policía de allí para que se encarguen
de tu seguridad
-Claro, os
quiero a todos-dije abrazando a todos los chicos, a excepción de Brian que solo
le di la mano y fue entonces cuando creí ver tristeza en sus ojos-
Subí al
avión y horas después, descendí del avión en el aeropuerto de Londres, el clima
era frío y estaba lloviendo, al llegar al piso donde viviría durante seis meses
llamé a mi familia para avisar que estaba ya en Londres.
Desde
entonces el tiempo pasó muy rápido para mí, hoy ya era treinta de Noviembre y
bueno además de engordar un poco todo me iba fenomenal, mañana tenía que ir al
médico para hacerme una analítica ya que de vez en cuando me mareaba, no era de
extrañar que tuviese anemia, no comía bien últimamente con las prisas.
Lo que no
sabía es que los resultados de mi analítica me diesen tal sorpresa….
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