Peter POV
Al fin había llegado Julio, pronto mis padres
viajarían a Egipto, para visitar a Ellen y a mis hijos y eso me tenía ansioso
porque pronto pasase el tiempo y así mis padres me contasen más cosas sobre
ellos.
Por otro lado mi relación con Dylan era más natural
y estaba seguro que pronto volveríamos a ser amigos, Phoebea ya había perdido
la esperanza de volver con él, ya que Phoebe era una chica increíble y se veía
a leguas que se amaban.
Aun estando Dylan
ya en San Francisco, cada día iba al cementerio a visitar las tumbas de
Renee y Bruce, muchas veces Jeremy me acompañaba, lo que hizo que él y Dylan se
llevasen de maravilla, aunque apenas se conociesen.
Era viernes cuando al volver de mi visita matutina
al cementerio, vi como el coche de Dylan salía de casa de mis padres, extrañado
entré a casa.
-Mamá, ¿Ha qué ha venido Dylan?-pregunté cuando la
vi en la cocina-
-No era Dylan-dijo apenada-
-Mamá... ¿qué pasa? No te veo contenta como siempre.
-Es que solo perdí la esperanza sobre una ilusión
que tenía-dijo suspirando-
-Ummm, no sería que sospechabas estar embarazada,
¿verdad?-dije para hacerla reír-
-¿Qué dices, hijo?, estás loco-dijo golpeándome con
una pequeña sonrisa-
-Esto ya es otra cosa, anda dime lo que pasa-dije
abrazándola-
-Los que han venido en el coche de Dylan, eran…Ellen
y Matt.
-¿Qué? ¿Ellen? Pero ¿no tendría que estar en Egipto?
Y ese Matt… ¿no se supone que debería estar en Nueva York? No les habrá pasado
nada malo a los niños ¿verdad?-pregunté algo alterado por la noticia-
-No, tranquilo, Drew y Alex están bien. Ellen ha
venido a pasar las vacaciones aquí y a decidido al fin decirte sobre ellos,
mañana nos han invitado a todos a comer, van a hacer una barbacoa.
Ante esa revelación me quedé en Shock, iba a conocer
a mis hijos en persona y no sabía como reaccionar. Además de que al fin podría
aclarar las cosas con Ellen y reconquistarla en este tiempo, para ser la
familia que en realidad somos.
-Mañana entonces los voy a conocer-afirmé-
-Así es, pero Peter quiero decirte que no va a ser
fácil volver a tener con Ellen lo que tuvisteis hace seis años.
-Mamá, primero quiero conocer a mis hijos y sé que
no va a ser fácil, pero haré todo lo que esté en mi mano para tener a mi
familia completa conmigo.
-Peter….no quería decirte nada, porque quería que Ellen
te lo contase, pero después de lo que estás diciendo no me queda de otra. Hijo
no quiero que te hagas ideas equivocadas con Ellen, ella tiene una relación con
Matt desde hace tiempo y… hace un mes…se casaron en Egipto.
-¿Cómo, se han casado?-dije estupefacto-
Nada más pronunciar esas palabras, sentí como mi
pecho se oprimía y me dejaba sin aire. No podía ser, la mujer a la que amaba
desde la adolescencia pertenecía a otro
hombre y seguro mis hijos les llamaban papá.
Ese pensamiento me enfureció, nadie iba a ocupar mi
lugar, ya bastante tiempo había estado lejos de mis hijos, para que un
desconocido fuese la figura paterna de mis hijos.
-No me van a alejar de mis hijos-dije enojado aún
por la noticia-
-Peter nadie te va a alejar de ellos-contestó mi
madre preocupada-
-Ya lo creo que no lo harán, porque tan solo lo
intentan y no respondo de mí.
-Peter, no estarás insinuando el quitarle a los
niños a Ellen ¿verdad?-preguntó mi madre preocupada-
-Si, lo haré si no me dejan otra
alternativa-contesté enfadado-
-No, Peter, no harás tal cosa, los dos ya habéis
sufrido bastante y si haces eso, los únicos afectados serán Drew y
Alex-contestó la voz de mi padre-
-¿Cómo me dices eso?-pregunté irritado-
-Lo sé hijo y te entiendo, pero con eso solo
lograrás que tus hijos te odien y no creo que quieras eso, además si sigues
amando a Ellen como dices, no serás capaz de hacerle daño aunque quieras.
Recuerda que ya no eres un adolescente.
-Hijo tu padre tiene razón, además nos estamos
adelantando espera a que mañana Ellen hable contigo y con lo que sea nos dices
y ya sabremos que hacer.
-Tenéis razón, bueno me voy a dar una ducha caliente
para intentar relajarme.
-No tardes, pronto vamos a comer
-No tengo hambre mamá-dije subiendo las escaleras-
-Pues haz las ganas, en quince minutos te quiero ver
aquí.
Asentí y me dispuse a darme esa ducha caliente para
intentar relajarme, algo que no funcionó, ya que en todo momento no podía
quitarme de la cabeza la imagen de Ellen y de mis hijos con otro hombre como
cabeza de familia y peor aún no podía dejar de ver a Ellen retozando con ese
idiota.
Realmente no conocía a Matt pero de antemano sabía
que no me iba a caer nada bien, a quien en su sano juicio la caería bien una
persona que se interpone entre su familia y él.
Una vez fuera de la ducha, me vestí con el chándal
favorito que tanto le gustaba a Ellen cuando éramos novios y bajé a comer.
-Ya pensaba que tenía que subir a por ti-me dijo mi
madre-
-No hace falta-contesté desganado-
-Venga siéntate y come
-No me eches mucho, no tengo mucha hambre.
-Está bien-contestó mi madre rendida-
-Justin, ¿Justin? cariño, ¿te encuentras
bien?-preguntó mi madre al ver que no decía nada-
-Papá
-¿Qué?-dijo distraído-
-¿Estás bien?-pregunté-
-Sí estoy bien solo, estoy algo cansado, hoy ha sido
un día muy duro en el hospital.
-Pues come y te acuestas un rato-contestó mi madre-
La comida pasó en completo silencio, algo que no
sucedía desde que ocurrió lo de Ellen, hace seis años. Cuando terminamos de
comer mis padres se fueron a dormir y yo…me quedé en el salón viendo las fotos
de mis hijos y las de mi adolescencia, cuando todo era más fácil, y Ellen y yo
estábamos juntos.
Ojalá nunca hubiera hecho la tontería de acostarme
con Phoebea, si no hubiera pasado, estoy seguro que Ellen y yo estaríamos
felices con nuestros hijos y Dylan y Phoebea también, quien sabe incluso tal
vez Ellen y yo ya tuviésemos más hijos.
Rendido, después de ver las fotos, me fui a la cama,
cuando me desperté, ya era de día y pronto tendríamos que ir a casa de Ellen y
enfrentarme a ella y lo que más nervioso me tenía, a mis hijos.
Cuando bajé al salón, mis padres ya habían
desayunado y estaban preparando algunas cosas para llevar a la comida.
-¿Por qué me habéis dejado dormir tanto?
-Hola hijo, se te veía cansado y por eso no te
llamamos, pero tranquilo, aun tenemos que recoger a Phoebea y a Jeremy para irnos-contestó mi
padre-
-No sé si sea buena idea, ¿lo saben Dylan y Ellen?,
no quiero que nada se estropee hoy.
-Tranquilo hijo, todo saldrá bien-me calmó mi madre-
-Está bien, cuando digáis nos vamos
-Pues mejor salimos ya, así estaremos para las una y
media allí para ayudarlos-propuso mi madre-
-Ok, vamos entonces-dije subiendo al coche, para
después ir dirección a casa de Phoebea-
Una vez Phoebea y Jeremy montados en el coche,
arrancamos dirección a la casa de los Sweeney.
No hay comentarios:
Publicar un comentario