Doble Traición Capitulo 06

La semana pasó rápida como la pólvora y bueno si antes no llamaba la atención, ahora todas las miradas estaban sobre mí, debido a mi cambio de look y ropa, los chicos no dejaban de mandarme notas y eso al sector femenino no le gustaba nada.

Dylan junto a Peter los alejaban, algo que me sorprendió en un principio pero ya no, me protegían de lo que decían las chicas y de los moscones tocapelotas como los llama mi hermano, Alia pasaba más tiempo conmigo y eso me hacía sentir bien, tanto es así, que hoy salíamos los cuatro juntos, sí como leéis los cuatro juntos, parejas…vamos que Peter también viene y como no tiene pareja….raro eso…pero bueno….me tocaba a mí ir con él, lo cual me traía de cabeza.

Habíamos quedado a las ocho en el centro de San Francisco, Alia y Peter irían juntos ya que vivían cerca y ya una vez llegásemos al centro del pueblo nos cambiaríamos, y eso me tenía nerviosa, ya que no sabía que pasaría estando los dos solos.

-Vamos Ellen, que ya llegamos tarde-dijo Dylan antes de dejar su boca abierta de impresión al verme-

-Guau-dijo mirándome de arriba abajo-hermanita estás increíble aunque un poco fresquita ¿no?

-Dylan se supone vamos a un pub y allí hace calor, de todas formas me llevaré una chaqueta y la dejaré en tu coche por si acaso.

-Tendré que decirle a Peter que no te quite el ojo de encima en toda la noche, para quitarte a los tíos de encima.

-Dylan tu preocúpate de ti y Alia que yo me encargo de cuidarme sola-dije riéndome-

-Imposible

-Anda no seas malo-dije haciendo pucheros-

-Ya veremos y ahora ve al coche de Peter-dijo echándome del coche-

-Yo también te quiero-dije enfurruñada-

-Nos vemos en el pub y dile a Peter que no corra contigo en el coche.

-Sí papá-dije haciendo un gesto de militar-

-Todo tuyo Alia-dije riéndome-

-Claro guapa-dijo besando mi mejilla-

Tomé aire y subí en el coche de Peter.

-Hola-dije algo sonrojada-

-Hola, ¿lista para disfrutar de la noche?-dijo con su sonrisa torcida-

-Por supuesto-dije abrochando el cinturón-por cierto dijo Dylan que no corrieses mucho.

-Lo intentaré-dijo tomando aire, mientras miraba de reojo en mi dirección-

-Yo…espero no ser una carga para ti Peter.

-Claro que no Ellen-dijo riéndose-

Estaba segura que esa sonrisa sería mi favorita a partir de ahora. Llegamos a Foster City una hora después.

-Bueno ahora vamos a cenar y después al pub-dijo mi hermano bajando de su coche-

-Entremos entonces-contestó Peter agarrándome la puerta del restaurante-

-Gracias

-Mesa para cuatro por favor-dijo Dylan-

-Claro, ¿algún sitio en especial?-dijo el chico mirándome-

-Algo tranquilo estaría bien-contestó Peter a mi lado, mirando de forma extraña al joven-

-Síganme entonces, por aquí.

Nos enseñó una mesa junto a una pequeña chimenea con vistas a la calle al fondo del local. El chico se acercó a mí y retiró la silla para que me sentase.

-Gracias-sonreí-

Dylan se adelantó al chico y le separó la silla a Alia, mientras el pobre chico salía corriendo de escena, la mirada asesina de mi hermano, seguro lo asustó.

-Dylan, deja tranquilo al pobre chico, solo intentaba ser amable.

-¿Amable, pero tú has visto, cómo os ha mirado a ti y a Alia? Solo le ha faltado veros desnudas y sin compañía.

-Dylan no seas exagerado-dije riéndome-

-Tu hermano tiene razón Ellen, ese chico os a desnudado a ambas con los ojos, si ninguno de nosotros dos hubiese estado aquí, seguro os hubiera tirado los tejos-dijo Peter-

-Para eso estáis vosotros aquí ¿no?-dijo Alia riéndose-

En contestación los dos chicos gruñeron, lo que nos hizo reír a las dos. La cena fue entretenida, hablamos sobre las clases, nuestras asignaturas donde destacábamos y poco más, también sobre lo que queríamos estudiar en la universidad, así fue como supe que Peter quería seguir los pasos de su padre siendo médico, Alia quería ser mecánico o psicóloga, Dylan jugador profesional de fútbol o arquitecto y yo estaba entre literatura y arqueología. Por eso tanto Alia como yo no teníamos prisa, aún nos quedaba un año de instituto, algo que no pasaba con Peter y Dylan que el próximo año ya entraban en la universidad.

Al salir del restaurante, andamos un par de cuadras más y entramos en un pub con música para todos los gustos, exceptuando el rock y el heavy.

Mientras los chicos fueron a por las bebidas nosotras buscamos un lugar más o menos tranquilo para hablar hasta que tuviésemos ganas de bailar.

-¿Ellen y…cómo va todo?

-Bien Alia, mañana ya empiezo el curso de cocina aquí en Foster City y bueno quitando el odio que las chicas me tienen y que no hay quien aguante a algunos chicos de clase como Quil, pues bastante bien la verdad.

-Siento haberte dejado todo este tiempo a un lado la verdad, fui una idiota.

-Ya todo está bien Alia, no te preocupes, ahora lo que tengo que superar es las miradas de toda la gente sobre mí, ya sabes que no me gusta llamar la atención-dije riéndome-

-Pues amiga la llevas clara, con tu cambio.

-Lo sé pero me siento a gusto conmigo misma y no lo voy a cambiar.

-Has cambiado mucho Ellen y me agrada verte así amiga, ahora solo hace falta que él se fije en ti-dijo moviendo la cabeza hacia Peter-

-No estoy tan segura de eso.

-Ellen eres una chica nueva completamente, seguro le llamas la atención, solo mira a los chicos de tu alrededor, sobre todo a ese de ahí y me dices si llamas o no la atención.

Miré hacia donde había dicho y vi a un chico alto moreno con el pelo rizado mirándome, cuando vio que lo miraba me guiñó un ojo y empezó a acercarse a mí.

-Hola hermosa, ¿quieres bailar?-dijo sonriendo-

-Yo…no sé bailar-dije sonrojada-

-No importa yo te llevo-dijo tomándome la mano-James

-Ellen, encantada.

Lo seguí a la pista y pronto sus brazos bajaron a mi cintura para moverme al ritmo de la música. Tres canciones después cansada, sudada y sedienta, decidí descansar algo.

-James, ¿te importa si vuelvo a la mesa?, estoy deshecha

-Claro, te acompaño.

Andamos dirección a la mesa donde estaban el resto, tomando algo.

-Hola chicos, os presento a James-dije gritando por la música-

-James ellos son Peter, Alia y mi hermano Dylan.

-Encantado, ¿sois de aquí?

-No, somos de San Francisco-contestó Peter cortante-

-Vaya, entonces ha sido un placer conoceros, Ellen me tengo que ir, mi prima y su novio me esperan, ya tienes mi número, asique si vienes otra vez por aquí, llámame.

-Adiós James-dije dándole dos besos-

Nada más desaparecer Dylan empezó a regañarme por irme con un desconocido y encima darle mi número, asique enfadado dijo de irnos a casa.

Ya fuera del pub, respondí a Dylan.

-Dylan, ¿no crees que ya soy lo suficiente mayorcita, como para saber lo que hago?

-Pues no lo parece, primero te vas con un desconocido a bailar y después le das tu número de móvil, ¿qué pasa si es un perturbado mental y te hace algo?

-Dylan por favor no exageres-le regañó Alia-

-Y tú otra, ¿por qué la dejaste irse con él?

-Dylan tiene casi 17 años por favor, sabe lo que hace y además si hubiese visto que algo iba mal te hubiera avisado.

-Me da igual, no quiero que ninguna de las dos vuelva a hacer algo así ¿entendido?

-Dylan ¿pretendes que nos quedemos amargadas y sentadas en un pub? Para eso me quedo en casa leyendo un libro o viendo una película.

-Ellen tiene razón-dijo Peter-

-¿Qué, tío estás loco?

-No Dylan ya sé que es tu hermana y todo eso, pero tienes que dejarla respirar  no es una niña de 10 años y ya ha demostrado muchas veces que sabe lo que hace.

-Claro, como…

-Dylan, no lo digas-lo regañó Alia-y para de comportarte como su padre por favor.

-Está bien, dejaré que hagas lo que quieras, pero si decides largarte con alguien quédate donde te veamos o cerca de nosotros, por si pasa algo-dijo rendido-

-Gracias hermanito, gracias chicos-dije feliz-

Cuando llegamos a los coches, Dylan se fue a despedir de Alia.

-Ellen, me he divertido mucho esta noche-dijo Peter-pero por favor haznos caso cuando de hombres se refiere.

-Peter ¿pretendes entonces que esté sola cuando volvamos a un pub?

-No tienes por qué estar sola, puedes bailar conmigo si quieres.

Cuando dijo esas simples palabras, me quedé muda.

-Ellen vamos-me llamó Dylan, sacándome de mi mutismo-

Todo el viaje de vuelta a casa la hicimos en silencio, seguramente pensando cada uno en sus cosas.

Cuando llegamos, abrimos la puerta de casa sin hacer ruido y nos fuimos a dormir.