Peter POV
Cinco años es el tiempo que llevo alejado de casa y
mi familia, debido a lo ocurrido con Alia en Francia decidí quedarme a su lado,
ya que aunque yo no le hubiera hecho lo que le hicieron, me siento culpable.
Asique después de cinco años junto a ella y Jeremy
volvía a casa, de Ellen nunca supe nada, además de que apenas tuve tiempo de
pensar en mí, después de saber lo ocurrido con Alia. Mis padres sabían de mí
por nuestras llamadas casi a diario y por los emails que mi padre me mandaba.
Ahora que ya
había terminado mi carrera volvía a América para buscar trabajo y saber sobre Ellen,
tal vez ahora que han pasado cinco años, pueda hablar con ella, aunque quizás
el tiempo no solo la halla ablandado, sino que tal vez incluso tenía a otro
hombre en su vida…y si eso era así por mucho que me doliese tenía que
aceptarlo, ya que yo era el culpable de todo lo que ocurrió.
Al fin llegué al aeropuerto, Alia me esperaba con
Jeremy sentados junto a la terminal.
Estamos a 14 de Marzo de 2016 y hacía un
frío espantoso aquí en Francia. A las diez subimos en nuestro avión, dirección
a nuestro hogar, ya que San Francisco siempre será mi hogar, a las ocho de la
tarde llegamos a Washington DC, tomamos un autobús dirección a San Francisco y
de allí a casa de mis padres, ya que la de Alia llevaba cerrada desde que en
navidades se fue a Francia hacía ya casi seis años.
Mis padres seguramente estarían trabajando, pero nos
llevamos una sorpresa, cuando los encontramos en casa hablando por manos libres
en el salón.
-Ellen, espero tengas suerte en tu viaje, te lo
mereces.
-Gracias Esme
-De nada hija, anda pásame a mis dos demonios-dijo
mi madre sonriendo-
-Drew, Alex poneros al teléfono son Esme y Justin-dijo
su dulce voz-
-Ya vamos mamá-dijeron los dos niños-
El escuchar la palabra mamá a esos niños, hizo que
mi corazón saltase, al fin escuchaba su voz otra vez y como supuse rehízo su
vida con otra persona con la cual compartía a dos niños, lo que no entendía era
¿por qué llamaba a mis padres? y el ¿por qué ellos nunca me dijeron nada?
Las siguientes palabras que salieron por el teléfono
me impactaron.
-Hola abuelita Esme y abuelito Justin.
-Hola mis niños, ¿cómo lleváis vuestro día de
cumpleaños?
-Muy bien abuela, gracias por los regalos, siempre
los llevaremos con nosotros.
-Me alegra que os haya gustado a los dos, ¿os han
regalado muchas cosas?-preguntó mi padre ahora-
-Sí abuelo, mamá y Matt nos han comprado dos
bicicletas, un escalectric para los dos y dice mamá que cuando lleguemos a
Egipto nos espera otra sorpresa-dijeron los dos a la vez-
-Me alegra escuchar eso chicos, felicidades a los
dos-dijo mi padre-
-Gracias abuelo, os queremos-dijeron los dos
riéndose-
-Nosotros también os queremos, anda pasadme a
vuestra madre-contestó ahora mi madre-
-Mamá, la abuela quiere hablar contigo-gritó uno de
los niños-
-Alex no chilles hijo, te he escuchado.
-Adiós abuela-dijo el otro niño-
-Adiós Drew
En ese momento mis pies se movieron solos hacia el
salón, Alia me siguió con Jeremy y fue entonces cuando el rostro de mis padres
cambió.
-¿Esme me has escuchado?-dijo Ellen, al ver que mi
madre no contestaba-
-Yo…si hija, ¿te importa que hablemos luego?
-¿Ocurre algo?-preguntó Ellen-
-No cielo, luego hablamos
-Vale, adiós Esme, Justin…-dijo Ellen antes de
colgar-
-Peter, ¿cuánto tiempo llevas aquí?-preguntó mi
padre-
-Lo suficiente, como para saber que Ellen tiene dos
hijos-dije-
-Peter….lo siento -dijo mi madre bajando la mirada-
-Mamá, han pasado cinco años, ya me temía algo de
esto. Ellen merece ser feliz con ese tal Matt y con sus hijos-dije tragando
saliva-
-Pero me gustaría saber algo, ¿cuánto tiempo hace
que lleváis en contacto con Ellen?-dije-
-Nosotros….desde Diciembre del….
-Tres meses-dije susurrando-
-No Peter, sabemos de ella desde el mes de Diciembre
del año en el que murieron sus padres-contestó mi padre-
-¿Desde entonces? ¿Por qué no me dijisteis nada?
Sabíais que me moría por saber de ella, sobre todo aquel día en el que os conté
todo lo ocurrido con ella.-dije dolido-
-Hijo lo sentimos mucho, ella nos pidió que no te
dijéramos nada, no estaba preparada, estaba demasiado dolida y si te decíamos
dónde estaba, irías a buscarla y los dos sufriríais más-dijo mi madre-
-¿Y después?, han pasado seis años, creo que en este
tiempo ya podíais habérmelo dicho, para poder por lo menos hablar con ella y solucionar
las cosas-dije-
-Tú parecías estar mejor en Francia cuidando a Alia
y a Jeremy, se te notaba feliz y no queríamos hacértelo pasar mal, pero ahora
lo importante es que estáis aquí y espero que para quedaros-dijo mi madre-
-Tienes razón, pero que sepáis que esta
conversación…-me cortó Jeremy-
-Peter, ¿esos niños quiénes son?-dijo señalando
varias fotos que tenía mi madre puestas en la chimenea-
Cuando las vi me quedé congelado, en ellas aparecían
dos niños muy parecidos a mí cuando tenía su edad, había fotos desde meses de
nacidos hasta ya con unos cinco años más o menos.
-Yo no lo sé, ¿tengo un hermano mellizo y no lo
sabía?-contesté-
-No, son…
-Peter son los hijos de Ellen, mira-dijo Alia
tendiéndome una foto de los niños con Ellen-
-Pero eso no puede ser…ellos son.... mamá…-dije
tragando saliva al pensar que tal vez esos niños eran mis hijos-
-Peter, nosotros…-dijo mi madre llorando-
-¿Qué?...son mis….mis…
-Tus hijos Peter, sí-contestó mi padre levantándose
del sillón-
-Pero ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué no me dijisteis
nada?-dije incrédulo-
-El cómo, no creo que haga falta que te lo explique,
Ellen lo supo el día de lo ocurrido con sus padres y el por qué no te dijimos
nada, es porque Ellen nos pidió tiempo para poder decírtelo ella, no queríamos
esto, pero o hacíamos lo que Ellen nos decía o ella se marchaba con los niños y Dylan
del país-contestó mi padre-
-El desmayo-susurré recordando el día que ocurrió
todo, ahora al saber que ella llevaba en su vientre a nuestros hijos, me hizo sentir
más miserable-
-Peter…-dijo Alia temblando, mientras me abrazaba y
lloraba en mis brazos-
-Tranquila Alia-dije aguantando las ganas de
llorar-yo tengo la culpa de todo lo que me está pasando.
-No, no la tienes, ya has sufrido demasiado todos
estos años culpándote por lo que pasó y ahora…esto, no te lo mereces Peter-dijo
Alia abrazándome-
-Necesito hablar con Ellen, quiero saber de mis
hijos y que me cuente ella misma por qué no me ha contado de su existencia en
estos seis años-dije-
-Hijo ella se marcha a Egipto en dos horas-dijo
Esme-
-¿Cuánto tiempo?-dije temiéndome lo peor-
-Cinco años, los niños como es normal se van con
ella, nosotros viajaremos las próximas fiestas para verlos, junto con Dylan-dijo
mi padre-
-¿Cinco años? es demasiado tiempo -dije casi
gritando-
-Peter, Ellen no quería irse durante tanto tiempo,
pero su profesor de la universidad, se la recomendó a un amigo que trabaja allí
y no ha podido negarse, ya que oportunidades así ocurren una vez en la
vida-dijo mi padre-
-Pero no puedo estar cinco años sin saber de ellos,
sin estar dentro de sus vidas, ya he pasado seis años sin estar con ellos, no
quiero estar más tiempo así-dije derrotado-entenderme.
-Hijo te entendemos pero viajar con nosotros a
Egipto en las próximas fiestas, es muy peligroso ya que Ellen puede alejarlos
de nosotros y no queremos eso-contestó mi madre-
-Mi hermana nunca haría algo así, por mucho que le
moleste que él sepa de la existencia de los niños-dijo una voz profunda a mis
espaldas-
-Dylan-dijo mi madre abrazándolo- Pensábamos que
estabas en Boston con Ellen y los niños, antes de que saliesen a Egipto.
-Ya sabes que no me gustan las despedidas, asique…
decidí venirme a haceros una visita-dijo-
-Nos alegra saberlo-dijo mi padre-
Dylan saludó a mi padre y después miró hacia donde
estábamos Alia y yo con Jeremy.
-Dylan…-susurró Alia-
-Señorita York, Canterville-dijo a modo de saludo,
después miró fijamente a Jeremy-
-Hola campeón, ¿cómo te llamas?-dijo Dylan-
-Jeremy-contestó mi ahijado-
-Encantado Jeremy, mi nombre es Dylan-dijo dándole
la mano-
-Igualmente-dijo riéndose-
-Jeremy, ¿por qué no sales a jugar un rato al
jardín?-le propuso mi madre-
-Vale-dijo corriendo al jardín-
-Voy con él-dijo mi padre-
-¿Queréis algo de tomar?-ofreció mi madre-
-Claro mamá
-Ahora vuelvo-dijo saliendo dirección a la cocina-
-A Drew y Alexander les gustará saber que tienen un
medio-hermano-comentó Dylan-
-No son hermanos-contestó Alia-
-Claro-dijo Dylan con una sonrisa forzada-
-Espero que escuches a tu madre y no aparezcas por
Egipto en las fiestas, mi hermana no alejará a los niños de ellos, pero….todo
será muy tenso si apareces por allí y no te aseguro que Matt o yo podamos
controlarnos al verte allí.
-Ahora estamos en la misma habitación y no me has
golpeado-dije –
-No me tientes Canterville, que ganas no me
faltan-contestó-
-Ya basta los dos, han pasado seis años de lo
ocurrido y todos habéis sufrido por partes iguales, asique dejaros de
comportaros como niños pequeños y hacerlo como dos adultos que sois-nos regañó
mi madre-
-Creo que mejor me marcho Esme, mañana me paso por
aquí si no tienes visitas.
-Dylan, por favor ya sois adultos y como tal tenéis
que hablar, asique Justin y Jeremy se irán a Seattle, así podremos hablar
tranquilos y solucionar esto de una vez.
-Mamá….
-Nada de mamá Peter, hasta que no halláis resuelto
esto, no podréis seguir adelante.
Minutos después mi padre salió con Jeremy, mientras
mi madre sacaba un blog para empezar la sesión en grupo.
-¿Esto es necesario?-se quejó Dylan-
-Sí, lo es.
-Peter, Alia, quiero que le contéis lo que ocurrió
esa noche y lo que sentisteis a Dylan.
-Sin rechistar-dijo cuando nos vio que los tres
íbamos a protestar-
Y así comenzó la terapia, nosotros le contamos a Dylan
lo que de verdad pasó y él nos contó cómo se sintió aquel día. Al final de la
sesión las cosas estaban más calmadas y pudimos preguntarnos por lo que de
verdad queríamos saber del otro.
-Dylan, tú…-empezó Alia nerviosa, cuando el teléfono
de Dylan, la interrumpió-
-Hola hermosa, ¿cómo estás?-dijo al teléfono-
-….
-Yo también te extraño, mañana si quieres puedes
venir a mi casa de San Francisco y pasar el día juntos.
-….
-Claro mi duende, no te olvides de comprar las
pastillas, no quiero más sustos-dijo riéndose-
-…..
-Está bien, hasta mañana, te quiero-dijo cortando la llamada-
-Lo siento, no estamos acostumbrados a separarnos
mucho tiempo-dijo sentándose- ¿qué querías preguntarme Alia?
-Yo… nada ya me quedó claro-dijo Alia con su mirada
triste-
-¿Cómo se llama?-pregunté por Alia-
Ella me miró agradecida
-¿Quién?
-La chica…
- Se llama Phoebe, llevamos juntos cerca de tres
años, nos conocimos en la universidad. Ella es diseñadora de moda y la dueña
del gimnasio donde yo voy a entrenar, pienso pedirle que se case conmigo cuando
vallamos a Egipto-dijo con una pequeña sonrisa-
-Vaya, vas en serio-dije incómodo-
-Sí, yo siempre voy en serio en mis relaciones-dijo
mirando de reojo a Alia-
-Yo iba en serio contigo Dylan-contestó Alia dolida-
-Sí, claro
-Nunca me gustó Peter, solo quería hacer sufrir a tu hermana porque siempre le tuve
envidia-dijo sorprendiéndonos tanto a mí como a Dylan por lo que dijo-Desde
pequeña mis padres me comparaban con ella y cuando crecí igual, asique cuando
me vine a vivir aquí con mi nana, decidí demostrarle a todos que ella no era
tan increíble como el resto creía, asique me uní a Carol, a Lauren y compañía
para rebajar a Ellen, fingí ser amiga de ella siempre.
-¿Qué estás diciendo Alia?-dije anonadado-
-Estás bromeando-dijo Dylan impresionado-
-No, no estoy bromeando. Yo siempre fui una niña
mimada y consentida asique me aprovechaba de ello, la vida me tuvo que dar una
lección para entender que no todo el mundo se junta contigo por interés y que
nadie es mejor que nadie, eso por aquel entonces no lo sabía, pero ahora sí lo
entiendo muy bien, y me arrepiento completamente de todo lo que le hice a tu
hermana.
-Eres….eres… me alegro de no tenerte ya en mi vida,
porque me das asco-dijo Dylan cabreado-
-Dylan…-dije-
-Ni Dylan ni nada, mi hermana no le ha hecho daño a
nadie, y ella va y la trata de la peor forma posible.
Dylan cabreado salió de la casa, dejándonos a Alia,
a mi madre y a mí, solos en el salón.
-Alia ¿qué fue eso?-pregunté aún algo impresionado-
-La verdad, ese era mi verdadero yo, siento todo el
daño que os hice a todos, la verdad, supongo que abrí los ojos demasiado tarde,
espero me perdones Peter-contestó apagada-
-Yo, no tengo nada que perdonarte Alia, ya los dos
hemos sufrido bastante, tu con lo que te pasó en París y yo el perder a mi
familia, mamá me gustaría que me hablases de mis hijos-contesté-
-Claro, venid los dos aquí-dijo mi madre señalando
el sofá frente a la televisión-la mejor forma de que los conozcas es viéndolos
tú mismo-dijo antes de encender la tele y poner un DVD en el reproductor-
Nada más darle al play, salió el título de la
película “Drew y Alexander Sweeney, sus primeras veces“.
La primera imagen que apareció fue la de mis
pequeños de bebés, estaban en los brazos de Ellen y Dylan mientras entraban en
una casa, cuando entraron al salón había un cartel que ponía bienvenidos a casa
Drew y Alexander.
-Ese fue el día que le dieron el alta-dijo mi madre-
Después de esa imagen le sucedieron otras como el
primer baño, el primer día en casa, el primer mes, sus primeros balbuceos, sus
primeros dientes, la primera vez que empezaron a gatear, las primeras palabras,
sus primeros pasos, su primer cumpleaños y por último su primer viaje a Boston.
-¿Ese tipo es Matt?-le pregunté a mi madre cuando
terminó la película-
-Sí, él ha sido un gran apoyo para Ellen y los niños
cuando se mudaron a Boston, es un buen chico-contestó mi madre-
-Entonces los niños piensan que él es su padre, si
lleva todos estos años con ellos-dije angustiado-
-No, lo llaman Matt, al que de vez en cuando llaman
papá es a Dylan.
-Nunca han preguntado por…mí.
-Solo tienen cinco años, ahora es cuando le pueden
hacer ese tipo de preguntas a Ellen, cuando eran bebés e íbamos a visitarlos yo
les hablaba de ti, Drew es igual que tú, desde el color de sus ojos hasta su
personalidad, lo único que hay en él de Ellen es su sonrojo y el amor por la
lectura, desde bebé le gustaba que su madre o su tío les leyese algún libro,
sino lo hacían no podía dormir-dijo riéndose-
Yo sonreí, al menos algo era algo.
-Y Alexander…
-Alex es igual que su tío Dylan pero con el pelo y
los ojos de Ellen, es un niño muy cariñoso, quiere con locura a su hermano y a Ellen,
le encanta que Ellen le cante antes de dormir, el año pasado le regalamos un
piano y según me dijo Ellen, raro es el día que no se sienta en él para tocar.
-Menos mal, pensé que ninguno de los dos le gustaría
la música como a mí.
-Ya los verás, son muy parecidos a ti, sobre todo
Drew es el más sobreprotector de los dos-contestó tocando mi cara a la vez que
reía-
-Eso me deja más tranquilo-dije riendo a carcajadas-
-Hijo tal vez haya una manera de que veas a los
niños sin que Ellen lo sepa-dijo mi madre algo nerviosa-
-¿De verdad?-pregunté emocionado-
-Sí, podrías venir con nosotros a verla a Egipto sin
que Dylan se entere, los verás a la distancia y cuando pueda estar con ellos a
solas iré a tu encuentro para que los veas, eso sí, no puedes decirles que eres
su padre, porque entonces le preguntarán a Ellen y nos descubrirán.
-Mamá, no quiero que tengas problemas con Ellen,
creo que podré soportar verlos en la distancia.
-Hijo…
-Mamá, si Ellen se entera pensará que la habéis
traicionado, además quiero que sea ella la que me cuente sobre la existencia de
mis hijos y la que me los presente.
-Tienes razón hijo, lo haré como dices-dijo con una
pequeña sonrisa-
Minutos después mi padre y Jeremy llegaron a casa,
comimos y hablamos de lo que pensábamos hacer ahora, que ya habíamos terminado
nuestras carreras, y para terminar hablamos de Drew y Alex.
Después de hablar subí a mi habitación, cogí ropa
limpia y me duché, cuando bajé Alia les estaba contando a mis padres, que
mientras estudiaba, trabajaba también en un concesionario para poder pagar
todos los gastos de Jeremy, ya que no quería que sus abuelos lo hicieran.
Al día siguiente fui al cementerio para visitar las
tumbas de Bruce y Scarlet, las cuales estos años mis padres han cuidado.
Hablé con ellos todo lo que sabía de Drew y Alex, y
les volví a pedir perdón por lo que le hice a sus hijos otra vez.
Cuando salía del cementerio, me encontré con Dylan.
-Peter…-dijo con una chica bajita y delgada a su
lado-
-Dylan y….
-Phoebe, soy Phoebe, encantada de conocerte-dijo
dándome un abrazo-
-Igualmente Phoebe-contesté cortado, nunca pensé que
Dylan estaría con una chica así-
-¿Qué haces aquí, a todo esto?-preguntó Dylan-
-He venido a visitar a alguien.
-Ya sé, tú eres el que le cambia las flores a mis
padres, ¿no?
-Sí, no quería molestaros por hacerlo-dije
susurrando-
-No me molesta, me alegra que mientras nosotros no
estuviésemos aquí, tú te ocupases de ellos, gracias.
-Es lo menos que podía hacer-contesté-
-Ya, bueno te dejamos voy a presentarles a mi chica,
nos vemos.
-Hasta luego-contesté
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