Regresa a mí
Zack POV
Ya
hacía un día que Mel y los niños se marcharon a sepa Dios donde, en la
casa
se notaba el bajo estado de ánimo que todos teníamos debido a su marcha,
cerca
de las diez de la mañana Alberto y Stefano llegaron a casa para hablar
sobre
mis avances en cirugía y me propusieron irme unos meses a Italia para
trabajar
en su clínica, según mi padre era una gran oportunidad, pero no
decidiría
nada hasta que Mel y mis hijos volviesen y hablásemos o por lo
menos
vuelva a intentar hablar con ella.
nuestra
clínica de Italia?
-Lo siento pero no puedo responderos ahora, además no solo depende de mí
sino
también de mis hijos no voy a dejarlos solos
-Lo entiendo, bueno piénsalo y me das una respuesta antes de dos semanas,
nosotros
nos marchamos por entonces.
Mientras
los demás estaban con sus quehaceres yo decidí después de muchos
años
tocar algo en mi viejo piano, primero la melodía sonaba alegre como
cuando
conocí a Mel y luego cuando iba avanzando la melodía se tornaba algo
melancólica,
cuando terminé abrí los ojos y vi a toda la familia en el salón
emocionados.
-Zack hijo es preciosa
-Gracias
-No sabía que tocabas
-¿Mel? ¿Dónde estás?
-Yo, papá no es momento luego te cuento vale-dijo Mel nerviosa por el manos
libres
de Alberto-
-Mel hija me estás asustando, ¿ocurre algo?
-Papá ¿la última vez que le hiciste la prueba a Anthony de leucemia, dio
negativo?-preguntó
Mel, ¿acaso Anthony tenía leucemia? No otra vez no-
-¿Qué? Mel qué le pasa a Anthony-preguntó Alberto preocupado, el resto de
la
familia se alteró y yo pensé en lo peor-
-No lo sé ahora lo voy a llevar al hospital tiene fiebre y temo que sea...
-Mel ¿estás segura de lo que vas a hacer?
-Sí papá le dolerán pero quiero estar segura de que no tiene mi enfermedad,
¿dio
positiva la prueba entonces?
-No Mella prueba dio negativo en ambos casos y en ti también la última vez
que
te la hice, seguro es un resfriado
-Lo sé pero hace un año que no nos hacemos las pruebas y quiero estar segura,
yo
también me la voy a hacer.
-Mel,
debes decirles que te operaste lo sabes ¿verdad?
-Sí papá te recuerdo que soy médico
-Vale cuando sepas algo nos avisas ¿vale?
-Alberto ¿tú no sabes a dónde ha podido ir?
-No, lo único que sé es que está en casa de un tal Paolo según escuché
-Espero que Anthony esté bien
-No os preocupéis desde que nacieron les hicimos pruebas y están limpios
seguro
que solo es un resfriado-contestó Alberto creo más para convencerse a
sí
mismo que a los demás-
-¿Os puedo preguntar algo?
-Claro amigo, ¿qué quieres saber?
-En todo este tiempo ¿de verdad no ha aparecido ni un rastro de leucemia en
Mel?
-No Calvin no hay ni rastro es como si nunca hubiera estado enferma ni
operada,
ya que no le quedó cicatriz
-Estupendo
Pronto llegó la noche y otro día comenzó y otro y otro más, el miércoles por la
mañana
Alberto recibió una nueva llamada de Mel en la cual decía que ese
sábado
llegaría a Los Ángeles y que quería hablar con todos nosotros, que
había
tomado una decisión y aseguró que no era mala, además nos dijo que las
pruebas
habían salido bien y que Anthony ya estaba recuperado totalmente del
resfriado.
-Sí,
esto es fantástico vuelve a casa y espero que esta vez sea para siempre,
sino
soy capaz de atarla a una silla-dijo John con el pequeño Charles en
brazos-
-Yo te ayudo
-Sí mamá vuelve, estoy deseando que sea sábado para verla otra vez y jugar
con
los pequeños
-Zack hijo ¿qué piensas de esto? ¿Estarás feliz verdad?
-Sí lo estoy pero no del todo hasta que esté aquí
-Bueno y digo yo ¿por qué no pagáis el hotel y os venís aquí?
-No queremos molestar Calvin
-Alberto no digas tonterías no molestáis y ahora sois parte de la familia
-¿De verdad no molestamos?
-Que no molestáis, chicos ayudarlos a subir las cosas a la habitación de
invitados
-Claro
Los siguientes dos días se nos hicieron eternos a todos, eran cerca de las diez y
media
de la noche del viernes y todos estábamos en el salón viendo una
película,
mientras los más pequeños de la casa dormían plácidamente en sus
cunas.
-¿Sabéis a qué hora llegan mañana Mel y los niños?
-No
-Espero no haga la tontería de llamar a un taxi teniendo aquí a tanta gente para
ir
a recogerla
-¿No
escucháis un móvil?-preguntó Rose tumbada sobre Aarón-
-Sí ese es el mío, ahora vengo
Estuvo fuera cerca de quince minutos y cuando volvió tenía una sonrisa
radiante.
-¿Quién era cariño?
-Un antiguo compañero de facultad que trabajaba en Londres, que viene
mañana
cerca de las once de la noche y me ha dicho si puedo ir a por él al
aeropuerto.
Cerca de las doce y media los chicos se marcharon a la mansión Waldorf y los
demás
nos fuimos a su respectiva habitación para descansar. La noche se me
estaba
haciendo eterna y cerca de las tres de la mañana bajé a la cocina para
tomar
un vaso de leche caliente, nada más entrar en la cocina me di cuenta de
que
no era el único que no podía dormir ya que toda la familia estaba allí
menos
Rose y Aarón que dormían plácidamente.
-Vale no soy el único que no puede dormir ¿no?
-No, estamos demasiado emocionados por la llegada de Mel y los niños.
-Es verdad estamos deseando de verla.
-Chicos no desesperen en unas horas los veremos
-Eso es verdad Mel pronto vendrá
-Seguro mi sobrina nos sorprenderá con algo.
-¿Quieres leche?
-Sí, gracias.
Pronto
el sol empezó a salir y me hizo abrir los ojos, por lo visto me quedé
dormido
en el sillón, me levanté sin hacer ruido ya que los demás estaban
también
durmiendo por el salón, subí a mi habitación me puse la ropa de
deporte
y salí a correr un poco para despejarme. Cerca de las diez volví a casa
encontrándome
con ahora toda la familia despierta y desayunando en el gran
jardín
mientras los más pequeños jugaban.
-Bueno familia tengo que deciros algo y espero que guardéis el secreto
-¿De qué hablas?-preguntó Samuel-
-Anoche no me llamó ningún compañero de facultad, era Mel diciéndome que
hoy
cerca de las once de la noche llegarían aquí.
-¿Qué? ¿por qué nos mentiste?
-Porque ella quería que fuese una sorpresa.
-Bien pues yo voy a recogerla
-No, si vas sabrá que os lo he dicho Zack por favor es mejor que la recoja yo
-Está bien
A las diez y media de la noche Mathew salió de casa y fue en busca de Mel y
mis
hijos, a los cuales vería en media hora más o menos.
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