Nuestra primera cita
Mel POV
Al
final decidí darnos esa oportunidad no perdíamos nada y la verdad me
gustaba
estar a solas con Zack, la mañana pronto llegó y con ella el día de mi
encuentro
con toda mi nueva familia, ahora como pareja de Zack.
Me
vestí, me peiné aunque aún tenía el pelo corto por la medicación, no
tendría
que utilizar la peluca bajé a desayunar, me monté en el coche y salí
dirección
a la casa de los Clayton donde seguramente estarían mis hermanos
desayunando.
En
apenas 5 minutos llegué a la mansión.
-Hola
buenos días.
-Mel,
hija buenos días, ¿quieres un café?
-Si
gracias-contesté repartiendo besos a cada miembro de la familia dejando
para
el final a Zack, al que engañé dándole un beso en la mejilla-
-Hey,
¿así me saludas?-dijo Zack, yo puse cara de “¿de qué hablas?”-
-¿Cómo
quieres que te salude?
-¿Ya
te olvidaste de lo que hablamos anoche?
-¿De
qué hablas?
-¿Mel
tanto bebiste anoche que no te acuerdas de nada?
-Ah
¿pasó algo interesante?, porque yo no me enteré
-Pues
no sé qué te lo recuerde mi hermano-dijo Lucy riéndose, ya sabía que
estaba
actuando
-¿El
qué debe recordarme?-dije mirando a Zack, mientras Esme, Calvin y mis
hermanos
observaban extrañados-
Zack
se levantó de su sitio y se acercó rápido a mí, me tomó de la cintura y
posó
sus labios en los míos yo seguí fingiendo.
-Pero
qué haces Zack?
-Dios
Mel, dime que te acuerdas de lo que hablamos cuando te dejé en tu casa
anoche-dijo
aterrorizado y triste, en ese momento me sentí mal y dejé de
actuar-
-Zack
mírame.
-Contés...-le
corté besándole con todo el amor que tenía guardado desde la
noche
pasada, él en contestación introdujo su lengua en mi boca y profundizo
el
beso a la vez que me agarraba del culo y me subía a sus caderas-
-Ehhhh,
iros a un hotel, cuñadita deja de hacer eso que están mis viejos
delante-dijo
a carcajada limpia, yo avergonzada me zafé de los brazos de Zack
y
volví a el suelo-
-Esto,
yo lo siento-dije roja como un tomate-
-Estáis
saliendo juntos
-Sí
mamá, aunque me ha asustado cuando ha entrado de esa manera a la casa.
-¿De
verdad pensabas que me había olvidado de la fantástica noche de ayer?
-Bueno...
-Me
alegro chicos por vosotros.
-Nosotros
también nos alegramos, pero Zack ya te avisamos, de que como
hagas
llorar o daño a nuestra hermana te las verás con nosotros.
-No
te preocupes, la haré feliz-dijo dándome un pico-
-Bueno
¿dónde vamos esta noche?
-Vosotros
sabréis, nosotros nos vamos a un sitio-dijo Zack tomándome de la
mano-
-Vale,
queréis estar solos
-Exacto
hermanita, diste en el clavo.
-Bueno
pues entonces chicos disfrutar de la noche y-dijo Calvin antes de
cortarle
Emer-
-Hermanito
si esta noche mojas que no se te olvide ponerte capuchón, que no
quiero
ser tío tan joven-dijo Emer riéndose, yo sin embargo me puse colorada-
-Hijo
tú tan bruto como siempre, ya son grandes para saber lo que tienen y no
tienen
que hacer, y a mí no me importaría tener un nieto.
-Mamá
por favor no soy Emer esto es vergonzoso, anda vayámonos de aquí
antes
de que estrangule a alguien-dijo Zack tomándome de la mano-
Subimos
a su coche y salimos de Coos Bay, dirección a Oregón.
-¿A
dónde me llevas?
-Es
una sorpresa
-Odio
las sorpresas y lo sabes
-No
te enfades, déjame mimarte un poco, ¿sí?-dijo haciendo pucheros-
-Vale,
pero ¿falta mucho para llegar?
-No
ya hemos llegado-dijo parando delante de una casita de madera-¿te gusta?
-Me
encanta
-Me
alegro haber acertado, ya que es nuestra todo el fin de semana-dijo
dándome
un beso en los labios-
-Esto,
todo el fin de semana, ¿aquí solos?
-Sí,
¿por....? Mel, no vamos a hacer nada malo solo pasar el fin de semana
juntos,
no vamos a hacer nada que tú no quieras, vamos o la cena se enfriará.
-Claro
-Ven,
aquí se está mejor-dijo sentándose en el suelo frente a la chimenea-
-Es
precioso, gracias
-¿Qué
quieres comer?
-¿No
lo sabes?
-Claro
aquí están, raviolis con setas y salsa de queso-dijo bajando de la mesa
un
plato lleno de pasta-
Después
de cenar la fabulosa pasta y de tomar nuestro postre favorito helado
de
chocolate y vainilla, empezó a sonar una música lenta.
-¿Quieres
bailar?
-Claro
Bailamos
los dos muy juntos incluso después de terminar la música, nos
sentamos
en el sofá y pusimos una película de risa, de vez en cuando por no
decir
toda la película nos mirábamos de forma furtiva y nos besábamos, hasta
que
hubo un momento en el que los dos nos quedamos dormidos, lo sé porque
de
madrugada me desperté algo mareada ya que no me había tomado las
dichosas
pastillas de vitaminas, estaba tan cansada que volví al sillón y me
quedé
dormida otra vez. Cuando me desperté a la mañana siguiente, estaba en
la
cama de otra habitación y a mi lado, mi Dios griego con el pelo alborotado
y
con su dorso al aire no sé cómo no tenía frío.
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