Coos Bay
Melisa POV
Nada
más subirnos al coche y abrocharnos los cinturones, arranqué el coche y salimos
dirección a Coos Bay, tardamos en llegar una hora y media, y ya era bastante
tarde para preguntar por dónde se encontraba la casa del viejo Waldorf.
-Chicos,
creo que deberíamos pasar la noche en un hotel.
-
Melisa, Coos Bay es pequeño por lo que se ve y hay un grupo de gente allí, por
qué no preguntamos por la casa y pasamos allí la noche.
-Como
queráis.
Paramos
en el semáforo que había junto al hospital del pueblo, cuando a mi hermano
Samuel se le ocurrió la fantástica idea de bajar del coche y preguntar a un
doctor sobre la dirección que teníamos que seguir.
-Perdone,
¿le podría hacer una pregunta?
-¿En
qué puedo ayudarle?-contestó el hombre, que por el reflejo de la luz era rubio
con ojos azules-
-Me
podría decir cómo se llega a la casa del viejo Waldorf?
-La
casa del viejo Waldorf? Sí, no sabía que la habían vendido, tirar todo recto y
girar a la derecha al final de la calle, la última casa que os encontréis es la
del viejo Waldorf.
-Gracias
señor
-De
nada muchacho y bienvenido a Coos Bay.
-Bien
pues ya has oído hermanita recto, derecha y última casa-dijo sacando la lengua-
-Que
infantil eres a veces Sam.
Cinco
minutos después estábamos delante de una casa blanca de madera, de dos pisos.
-Valla,
¿la casa necesita unos arreglos no?
-Eso
parece, espero que la casa de Florida este en mejores condiciones, bueno vamos
allá-dije sacando las llaves de mi bolso y abriendo la puerta-
-Toma
una linterna.
-Gracias,
está amueblada y hay fotos de gente, creo que cuando papá heredó la casa del
abuelo no vino ni a llevarse sus cosas-dije
-Sí
mira el sofá, una tele que no se sabe ni si funcionará y guau hay
microondas.
-Hey
no te hagas el gracioso, si no me equivoco el abuelo murió cuando tenía 3 años,
y él y papá no se llevaban muy bien que digamos.
-¿Tú
lo conociste?
-Creo
que papá y mamá me trajeron a conocer al abuelo cuando tenía tres años y medio,
creo que entonces, ya estaba embarazada de John y el abuelo enfermo.
-Entonces
no conocimos al viejo.
-No
-Al
fin encontré el interruptor de la luz.
-Valla
hay luz, ya creía que vivíamos en le edad de piedra.
-Samuel
deja de decir tonterías-dije tosiendo-
-Hey
enana ¿estás bien?-dijo John dándome golpes en la espalda-
-Sí,
ya se me ha pasado llevo varios días que me pasa esto, pero no es nada, no os
preocupéis
-Pues
deberías ir a hacerte un chequeo, al médico.
-Solo
es tos John.
-Da
igual, mañana mientras vienen nuestras cosas tú vas al médico a que te vean y
de camino nos haces nuestras fichas.
-Tendréis
cara anda abrir las ventanas, para que entre aire.
-Claro-dijo
Samuel subiendo a la otra planta
-Esto
chicos, solo hay dos habitaciones.
-Y
¿qué hacemos ahora?
-Vosotros
dormir en los dormitorios, yo duermo en el sofá.
-Melisa,
no tú duermes en una habitación y nosotros dos dormimos en otra.
-Vale,
dormir vosotros en la de matrimonio y yo duermo en la otra.
-Claro,
bueno pues yo me voy a dormir
-Buenas
noches.
-Espera
que yo también me voy a dormir ya ¿Melisa subes?
-Luego,
que descanséis-contesté mientras sacudía el sillón-
-Vale,
adiós-contestaron los dos-
Encendí
la tele y me quede alucinada cuando funcionó, me quedé un rato viendo la tele y
no sé a qué hora de la noche me quedé dormida en el sillón.
Una
tos incontrolable me ataco de nuevo no me fiaba de tomar agua del grifo, por lo
que tomé el agua de mi botella de viaje, a la media hora la tos se me pasó,
pero mi cuerpo se llenó de un frío espantoso me fui al sillón de nuevo ya que
me sentía muy cansada para subir a la habitación y me tapé con varias mantas
que me encontré, estaba congelada y eso que era verano.
No
sé a qué hora me desperté pero no me apetecía hacer nada y menos salir a correr
como solía hacer, era raro porque nunca me había pasado esto, no era normal seguro
estaba pillando un buen catarro. John y Samuel ya estaban desayunando cuando
fui a la cocina a por la botella de agua.
-Buenos
días-dije con una manta a mi alrededor-
-Buenos
días Melisa-dijo Sam mientras engullía un bocadillo de mortadela
-Hey
tienes mala cara, ¿no has dormido bien?
-Creo
que me estoy resfriando-dije antes de estornudar-
-No
si ya se nota.
-Me
cambio de ropa y voy al médico a hacer las fichas.
-Vale,
venga subid al coche-dije tosiendo-
-Trae
las llaves, yo conduzco.
-Vale,
me está empezando a doler la cabeza.
En
menos de cinco minutos por la velocidad de John llegamos al hospital y la consecuencia
de esa velocidad, fue que me hizo vomitar.
-John,
mira lo que has conseguido con tu loca conducción-dije limpiándome la boca-
-Lo
siento estas....-escuché en la lejanía antes de desplomarme en el suelo-
-!!¡¡Melisa!!
-!!¡¡Melisa!!
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