A la mañana siguiente cuando desperté, se escuchaba
mucho jaleo en la cocina y por un minuto me extrañé, ya que mis padres estaban
trabajando y Dylan no madrugaba. Cuando miré el reloj me di cuenta que no era
tan temprano como creía, y vistiéndome rápido bajé donde Dylan.
-Buenos días-dije entrando a la cocina si quedaba
algo de ella a la vista-Dylan, sal de la cocina ahora.
-Hermanita tengo hambre…-dijo haciendo pucheros-
-Y ¿por qué no me llamaste antes de destrozar la
cocina?
-Estabas durmiendo y soñando con Peter-dije alzando
las cejas-
-Oh no-dije sonrojándome-
-Te dio fuerte ¿he hermanita?, por cierto invité a Peter
y Alia a comer, ahora que lo digo, ya mismo estarán por llegar-dijo antes de
que el timbre sonara-
No puede ser, es el primer día que estamos como
novios y me va a ver así, con estás pintas y recién levantada, que vergüenza,
antes de que mi hermano abriese la puerta, subí las escaleras corriendo, cerré
la puerta de mi habitación y recogí mi cuarto, después cogí ropa limpia y salí
dirección al baño, me desnudé rápido, entré a la ducha y quince minutos después
ya estaba más o menos presentable.
Tomé aire y al fin bajé al salón, donde se
escuchaban todos.
-Buenos días-dije sonrojada-
-Buenos días hermosa-dijo Peter levantándose del
sillón y acercándose a mí para besarme-
Sus actos me volvieron a sonrojar y me oculté en el
pecho de Peter.
-Tengo una sorpresa para ti-dijo en mi oído-
Levanté la cabeza y miré sus hermosos ojos.
-No me gustan las sorpresas
-Seguro que esta te encanta.
Bufé y él me abrazó riéndose.
-Prometo que te gustará
Yo solo asentí y fui con él a la cocina, la mañana
la pasamos tranquilos hablando de nuestros gustos, y después de comer él se
marchó a casa para luego venir a por mí sobre las siete. Alia y mi hermano
estaban en su habitación haciendo cosas no aptas para menores de dieciocho.
Decidí subir a mi habitación tapándome los oídos,
para no escuchar lo que no debo, y puse música para amortiguar los ruidos,
arreglé mi habitación, después decidí darme un baño relajante y pensar en lo
increíble que era ser de verdad la novia de Peter Canterville, mi sueño hecho
realidad.
A las siete Peter llegó a recogerme.
-Hola Ellen, ¿estás lista para nuestra pequeña cita?
-Por supuesto, pero ¿me puedes dar una pista de
donde vamos a ir?
-No es una sorpresa, asique ponte esto-dijo
dándome un pañuelo para taparme los
ojos-
Después de ponerme el pañuelo, me ayudó a subir a su
coche y arrancó dirección a no sé donde realmente, el silencio reinaba en el
coche y como si pensásemos en lo mismo encendió la radio y pronto disfrutamos
de un pequeño concierto de Chopin.
No sé cuánto tiempo después se detuvo el coche y la
puerta de mi lado se abrió, Peter cogió mi mano y despacio me llevó a un lugar
blando.
-¿Dónde estamos? ¿Puedo quitarme ya el pañuelo de
los ojos?
-Espera un momento y cuando te diga te quitas el
pañuelo-dijo separándose de mí-
Esperé un tiempo y cuando me dijo que podía quitarme
el pañuelo, me sorprendí de donde estábamos.
-Y bien, ¿te gusta?-preguntó al no decir yo nada-
-Es increíble Peter, ¿cómo diste con este lugar?
-Bueno fue fácil, cuando era pequeño me gustaba
curiosear y un día encontré esta pequeña cala, sé que no te gustan los lugares
muy grandes y con mucha gente, asique decidí poner una mesa para los dos y
cenar aquí, en la playa bajo la luz de la luna. ¿Te gusta?
-Es hermoso Peter gracias-dije besando sus labios-
-De nada, luego si quieres podemos ir al cine y a
dar una vuelta.
-Sería fantástico Peter, gracias-dije abrazándole-
Cuando terminamos de comer, recogimos las cosas y
nos fuimos dirección al coche. De camino a Foster City hablamos de nuestra
opinión sobre los músicos de hoy en día y llegamos a la conclusión, de que en
la actualidad no había músicos tan prodigiosos como Mozart, Beethoven, Chopin y
Debussy.
A las 10 llegamos a Foster City, aparcamos el coche
y dando un paseo llegamos al cine. Al final decidimos ver una película de
miedo, la cual apenas vi, ya que nos pasamos toda su duración entre besos y te
quiero.
Cuando salimos del cine, el clima era bastante
fresco lo que nos hizo abrazarnos para mantener el calor, minutos después
llegamos al coche y tranquilos decidimos volver a casa.
A las 12 el coche de Peter paró delante de mi casa,
se bajó de este y me abrió la puerta, tomó mi mano y me ayudó a salir,
caminamos de la mano hasta la puerta de mi casa y antes de abrir la puerta,
besó con delicadeza mis labios.
-Espero que hayas disfrutado de la noche-dijo Peter-
-Ha sido la primera cita más romántica que podría
imaginar-dije-
-Me alegro que te gustase mi sorpresa, nos vemos
mañana, te quiero.
-Yo también te quiero, nos vemos mañana, que
descanses-dije besando sus labios-buenas noches.
Después de esa cita, le siguieron muchas más, tanto
era así, que el próximo mes cumpliríamos un mes de relación.
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