Nuevo día
Zack POV
Los
rayos de sol entraron por la ventana de la habitación, haciendo que Mel se
moviese
sobre mi pecho, poco a poco abrí los ojos dejando a mi vista al ser
más
hermoso sobre el universo, Mel completamente desnuda acostada sobre
mi
pecho, sin despertarla empecé a acariciar su espalda y sus brazos haciendo
circulitos
con mis dedos y besando cada trozo de su piel que no lo cubría la
sábana.
-Umm, buenos días-dijo besando mis labios-
-Buenos días, ¿dormiste bien?
-Mejor que nunca-dijo besándome ahora de forma más apasionada, bajando
por
mi pello desnudo, mis caderas, hasta llegar a mi miembro, el cual lamió y
succionó
con ganas-
-Mel, ¿quieres más?
-Sí mucho más, te quiero a todas horas-dijo con una sonrisa maliciosa-
Nada más entrar su lengua en contacto con mi pene, mi pequeño Zacky se
despertó,
la tomé de los brazos y la subí hasta mis labios, para susurrarle que
la
amaba.
-Vamos a la ducha-dije cogiéndola en brazos sin dejar de besarnos-
Entramos en el baño y bajo el agua caliente de la ducha, nos volvimos a amar
como
la noche anterior, ya no era amor como aquella noche, sino el deseo y la
lujuria,
eso no fue hacer el amor eso fue...sexo puro.
Después
de la gran ducha, nos vestimos y decidimos salir a dar una vuelta por
el
bosque, andamos cerca de una hora, Mel llevaba una pequeña falda y una
camiseta
con un pronunciado escote color azul, cada vez que andaba me daban
ganas
de hacerle el amor ahí mismo, con razón Emer no paraba de hablar y
pensar
en estar a solas con Rachel. Sin apenas darme cuenta Mel se giró y se
acercó
a mí con una sonrisa en los labios, me empujó contra un árbol y me
besó
con urgencia y yo como no, estaba dispuesto a darle ese gusto la besé con
la
misma urgencia, la miré a los ojos y en ellos vi la lujuria, metió las manos
por
su falda y se quitó un precioso tanga azul eléctrico vino hacia mí me
desabrochó
los pantalones y sacó mi miembro de ellos, la cogí en brazos y
girando
la puse contra el árbol y la penetré, primero movimientos lentos y
profundos
y luego movimientos rápidos y secos, cuando estábamos cerca del
éxtasis
Mel sacó mi miembro de su interior y me obligo a sentarme en la
hierba,
mi miembro seguía erguido y entonces me di cuenta que no nos
habíamos
protegido las veces que lo habíamos hecho.
-Mel...-intenté avisarla pero sus labios chocaron con los míos y el deseo me
hizo
olvidar todo en lo que pensaba-
Mel se sentó sobre mi haciendo que mi miembro la penetrase de una estocada,
haciendo
que ambos gimiésemos de placer, Mel me cabalgaba como una
espléndida
amazona y en dos embestidas más los dos llegamos al culmen, Mel
recostó
su cabeza en mi hombro y me dijo:
-Te amo Zackarias Clayton
-Yo también te amo.
A nuestro pesar nos separamos nos pusimos la ropa como pudimos y volvimos
a
la casita, ya que esa misma tarde regresaríamos a casa, era lunes por la tarde
y
se suponía que volvíamos para comer. Y ahora me tocaba decirle a Mel lo de
la
protección.
-Mel, antes cuando lo estábamos haciendo en el bosque...
-Sí -dijo tapando los muebles con sábanas
-Me di cuenta de que no hemos utilizado protección ninguna vez en la que lo
hemos
hecho estos tres días...
-Zack, verás yo...
-Sí
-Nada, no hay ningún problema con eso
-Mel claro que sí, no digo que no quiera tener hijos pero creo que no es el
momento
aun.
-No podremos tener hijos el tratamiento hace que las personas que lo toman
queden
estériles y hay pocas probabilidades de que una persona que toma
esos
medicamentos quede embarazada mientras tome el tratamiento claro.
-Vale pero será mejor que tomemos precauciones por si acaso.
Después de hablar, cogimos las cosas y nos fuimos dirección a casa, seguro
estarían
preocupados ya que los teléfonos los apagamos el día que llegamos.
En media hora llegamos a casa de mis padres pero al bajar del coche me di
cuenta
de algo, Mel se había manchado la camiseta con el café que llevábamos
asique
salió del coche y se la quitó, Dios me estaba empezando a poner malo
al
verla, sin esperar más la tome de la cintura la eché sobre el coche y la besé,
me
fijé en la ventana y me di cuenta de que las luces estaban encendidas y que
las
cortinas estaban corridas, lo que quería decir que nos estaban observando.
-Mel, vamos al maletero y te cambias de camiseta, tenemos espías.
Rodeamos el coche y cogimos las cosas, Mel sacó una camiseta limpia y se la
puso,
cerré la verja del exterior con el mando a distancia y fuimos de la mano
hacia
la puerta, antes de meter las llaves, la puerta se abrió dejando a la vista a
una
Lucy muy híper-activa dando saltitos a nuestro alrededor.
-Sí al fin llegasteis, nos teníais preocupados.
-Lucy
¿qué nos miras?
-Sí lo sabía, lo habéis hecho
-El qué hemos hecho.
-Vamos Zack se te nota en la cara, tú y Mel ya no sois unos santitos, ya era
hora
hermanito creía que morirías virgen.
En unos instantes tanto Mel como yo estábamos rojos como un tomate, lo que
hizo
que todos incluidos mis padres se riesen.
-Vosotros también-dije mirando a mis padres y todos volvieron a reírse-
-Esto...voy a darme una ducha.
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