Capitulo 23
Las fiestas pronto terminaron, y con ellas llegó el
comienzo de un nuevo año y mes. Era 16 de Enero de 2011 ya estaba de seis meses
y unos días, y según Dylan que pronto
volvería a Juneau para ya quedarse, Esme y Justin, vendrían dentro de un par de
semanas, lo que me tenía muy nerviosa. Además de que tendría que viajar yo sola
hasta Petersburg, donde me esperaría mi hermano y de allí al hotel donde pasaríamos
los días, hasta que Justin y Esme llegasen. Solo deseaba que todo saliese bien.
POV Justin
Era fin de año, Esme y yo después de pasar casi
todas las fiestas de viaje, volvíamos al fin a casa con Peter, la verdad no
queríamos alejarnos de él, ya que desde que Ellen y Dylan se fueron de San
Francisco apenas sonríe y sé por su actitud, que algo nos oculta y ese algo
creo, que está relacionado a su distancia en los cuatro el día del entierro de
los padres de Ellen y Dylan.
Cuando llegamos a casa, llovía a cantaros, las luces
estaban apagadas y las cortinas echadas. Cuando entramos a casa, lo que nos
encontramos fue realmente increíble.
Todo lo que nos rodeaba estaba cubierto de botellas
de cerveza, guías de teléfono, bolsas de patatas, restos de comida basura por
el sofá, camisetas por todas partes y los adornos de navidad todos tirados por
los suelos, la tele estaba encendida en silencio y por la cocina se oía
bastante jaleo.
Le dije a Esme que se quedase en el salón, por si
acaso alguien había entrado a casa y había hecho todo este desastre, cuál fue
mi sorpresa al ver a mi hijo rebuscando por las alacenas más comida, en su mano
derecha tenía una cerveza, estaba en ropa interior, sus ojos estaban rojos, tenía
unas ojeras enormes, había perdido mucho peso y llevaba no sé cuánto tiempo sin
afeitarse y ducharse.
-Peter, hijo-dije conmocionado-
-Justin, ¿qué pasa?-dijo Esme entrando a la cocina-
-Oh Dios mío, Peter, ¿qué te ha pasado, estás
bien?-preguntó mi mujer acercándose a él-
-Esme, por favor, sube y prepárale un baño de agua
fría, creo que lleva sin ducharse y comer en condiciones, desde que nos fuimos.
Una vez Esme salió de la cocina cabizbaja, me
acerqué a mi hijo.
-Hijo, ¿qué te estás haciendo?-dije tocándole el
hombro-
-Nada-dijo con voz ebria-
-Hijo, tienes que parar esto, no es bueno para tu
salud
-Déjame, no sabes nada-dijo alejándose de mí y
cayendo al suelo, al perder el equilibrio-
-¿Por qué no me lo cuentas entonces, hijo? Es
necesario que me cuentes para así ayudarte.
-Nadie puede ayudarme, soy un cabrón-dijo
abrazándose a las rodillas, mientras rompía a llorar, como cuando era un crío-
Verlo en ese estado me derrumbó, ya que no podía
imaginar lo que estaría sufriendo para que mi propio hijo estuviese así. Me
tragué las lágrimas y me acerqué a él.
-Cuéntamelo hijo-dije abrazándolo-soy tu padre y
siempre estaré contigo.
-La cagué, la cagué-dijo abrazándose a mí con
fuerza-
-¿Peter, qué hiciste?-pregunté preocupado-
-La engañé, la engañé, ella no se merecía esto y yo
la engañé y después ocurrió todo lo de sus padres y se han ido…y no sé dónde
buscarla…Alia está mal también por mi culpa…
-Hijo tranquilo, ¿todo esto es porque Ellen se ha
ido?
-No, sí….todo es mi culpa se ha ido por mi culpa, yo
quería estar con ella siempre, pero Alia siempre aparecía cuando estábamos
juntos en mi cabeza y se me ocurrió que si me acostaba con Alia solo una vez,
todo estaría bien y podría estar con Ellen, Alia después de casi obligarla
aceptó y entonces cuando nos estábamos vistiendo ellos llegaron y Ellen….Ellen
se desmayó, intenté ayudarla pero Dylan me alejó de ella, fuimos al hospital
para ver cómo estaba, pero Dylan nos echó, papá la he perdido, la he perdido
para siempre-dijo llorando en mi pecho-
Yo no pude aguantar más, no podía ver sufrir así a
mi hijo, las lágrimas abandonaron mis ojos y no pude hacer otra cosa que
abrazarlo, como cuando se raspaba las piernas cuando era muy pequeño, cuando se
relajase ya hablaría con él seriamente, ahora no era el momento indicado.
-Hijo, sube al baño antes de que el agua se caliente,
aféitate y vístete, hoy es Noche vieja, mañana hablaremos de todo esto-le dije-
Él solo asintió y cabizbajo subió hacia su cuarto de
baño, lo seguí por si volvía a perder el equilibrio, pero Esme lo esperaba en
mitad de las escaleras, sus ojos estaban rojos por las lágrimas, seguramente
había escuchado toda la conversación.
Cuando ya Peter estaba arriba lo acompañó al baño.
Me quité la chaqueta y empecé a abrir las ventanas y
cortinas, cogí varias bolsas de basura y empecé a recoger todo este desastre,
minutos después de tener más o menos recogido el salón Esme bajó.
-Justin-dijo abrazándome, mientras lloraba-¿por qué
lo hizo? si de verdad quisiese a Ellen, no la habría engañado con Alia.
-Esme, sé que no ha hecho bien, pero aún no sabemos
toda la historia, mañana hablaremos con Peter para que nos cuente
tranquilamente lo ocurrido.
Esme asintió y se fue a recoger la cocina, después
de apagar la tele la acompañé para ayudarla.
Media hora después Peter bajó, en ese momento sonó
el teléfono, Esme se asomó al salón y vio que estaba a punto de colgar, le
quitó el teléfono de las manos y empezó a preguntar si había alguien.
Peter salió fuera de la casa, lo seguí por la
ventana de la cocina y vi como se subía en la casita de madera que le construí
cuando era pequeño, se sentó y se sacó un cigarro para segundos después
fumárselo.
-Justin-me llamó Esme desde el salón-
-Sí, ¿quién era?-pregunté sentándome a su lado-
-Era Ellen, se escuchaba muy nerviosa y me ha dicho
que quiere hablar con nosotros en persona, que Dylan se pondrá en contacto con
nosotros para quedar y hablar, me ha pedido que no le digamos nada a Peter.
Yo suspiré, algo estaba pasando y ese algo quería
saber que era.
-Supongo que así sabremos la versión de los dos.
-Sí
-Esme voy a ir un momento al hospital, quiero mirar
unos papeles, estaré aquí para antes de la cena, ¿vale?-dije besándola-
-No tardes-dijo con una pequeña sonrisa, a la vez
que me giñaba el ojo-
-Lo intentaré, tu mientras si quieres vigila a Peter,
está en la casa del árbol-dije cerrando la puerta-
Cuando llegué al hospital saludé a todos y entré en
mi despacho, cuando entré, mi secretaria me dijo que tenía muchos papeles que
archivar de urgencias.
Cuando ya los tenía ordenados los metí en el archivo
del hospital por fecha de ingreso, me despedí de todos y fui a casa a cenar.
La cena pasó sin ningún problema, a excepción de que
Peter apenas había probado bocado, cuando terminó la cena, recogió las cosas de
la mesa y se fue a su habitación.
-Justin, no me gusta verlo así-dijo Esme con las
lágrimas saltadas-
-A mí tampoco, pero hasta que no sepamos todo lo
ocurrido, no podemos hacer nada.
Después de recoger la cocina, nos sentamos a ver un
rato la tele y a las dos nos fuimos a la cama. Pronto el nuevo día llegó y con
ella nuestra charla con Peter, cuando se levantó, nos saludó, desayunó y se
sentó para empezar a contarnos el problema que tuvo con Alia desde que tenía quince años, Esme rompió a
llorar y le dijo que se lo tenía que haber contado y así todo esto no habría
ocurrido.
Nuestro hijo solo repetía un lo siento y perdón,
mientras abrazaba a su madre y le dijo que estaba buscando a Ellen para hablar
con ella, pero que no sabía por dónde.
El día 13 de Enero nos llegó una nota, donde ponía
una dirección en Petersburg, el nombre de un hotel y un número de móvil, al
final de la nota, aparecía la inicial S y nada más.
-¿De quién será esto?-dijo Esme-
-Tal vez sea la dirección, dónde tenemos que ir para
ver a Ellen-contesté-
-¿Quién será S?-dijo intrigada-
-Sweeney, seguramente lo ha hecho por si la nota la
encontraba nuestro hijo-contesté-
-Tienes razón
-Pediré unos días en el trabajo para ir a verla, a
ver si para el día 20 podemos salir hacia Petersburg.
-¿Qué hacemos con Peter?-
-Esme, tal vez le venga bien viajar a Francia con Alia,
a lo mejor así se anima.
-Está bien Justin, se lo diré para que haga las
maletas-dijo Esme mientras subía a la habitación de Peter-
Según me comentó Esme, Peter no quería marcharse a
Francia, pero logró convencerlo, ya que no queríamos que se quedase solo otra
vez, ya que no sabíamos lo que nos encontraríamos a la vuelta…
Y al fin el día tan esperado llegó, era día 20 de
Enero de 2011 nuestro avión dirección aa Petersburg saldría en apenas una hora,
Peter acababa de despegar hacia Francia y solo deseábamos montar en ese avión,
que nos llevaría hacia Ellen.
Al ser el vuelo directo solo tardaríamos cuatro
horas desde Seattle, Esme se sentó junto a la ventanilla, el viaje fue
tranquilo y me sirvió para prepararme mentalmente de lo que podría pasar en
apenas unas horas. Cuando el avión aterrizó eran las 10 de la mañana, nada más
llegar cogimos un taxi para ir dirección al hotel. Ya en la habitación,
colocamos las cosas en el armario, nos duchamos, tomamos algo, descansamos un
poco y a las doce menos cuarto, salimos dirección al centro comercial, donde
nos estarían esperando Dylan y Ellen.
A las 12:25 llegamos al centro comercial, buscamos
el bar que nos mencionó Dylan en la carta y fuimos hacia allí, la temperatura
era realmente baja en esta época y nuestros cuerpos nos agradecieron el calor
de la calefacción de centro comercial, cuando terminamos de subir por las
escaleras mecánicas, vimos a Dylan esperando en la puerta del bar “SIRENAS”.
Al llegar a su altura vi como había cambiado su
complexión era más fuerte, su rostro reflejaba dureza y había perdido bastante
peso. No quedaba nada en él, del antiguo muchacho alegre, sus ojos estaban
opacos, el brillo que tanto le caracterizaban había desaparecido.
Y todo sabía, que era a causa de lo ocurrido con mi
hijo, el que fue su mejor amigo por años y el que no sabía que había arruinado
la vida de Ellen.
-Bienvenidos-nos saludó cortés-
-Dylan, me alegra verte muchacho-saludé estrechando
su mano-
-Igualmente Doctor Canterville, señora Canterville…-dijo
saludando a mi mujer-
-Hijo llámame Esme por favor-contestó mi mujer-
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