Dylan POV
Estábamos en el hotel, Ellen seguía inconsciente en
la habitación, Justin y Esme me habían acompañado preocupados por Ellen.
Mi hermana había vivido muchos sobresaltos por un
día y su cuerpo no lo había resistido. Mientras Esme fue a ver a Ellen, Justin
me preguntó cómo me iba todo.
-Dylan, ¿tu cómo estás?
-Bueno extraño mucho a mis padres, el primer mes
después de su muerte fue muy duro para mí y tener a mí hermana embarazada
lejos, no me ayudaba, entré en el equipo de fútbol de la universidad para
tratar de quitar mi dolor de encima, pero fue y es realmente difícil. Lo único
que me hacía feliz es hablar con mi hermana y saber de mis sobrinos, por eso
hace unas semanas… me mudé aquí definitivamente, Ellen me necesita a su lado y
yo quiero estar día a día el resto de su embarazo con ella.
Al rato salió Ellen acompañada de Esme.
-Me alegro de que te despertaras-dije sentándola en
mis piernas, mientras acariciaba su graciosa tripa-
Mis sobrinos no dejaron de patear en toda la cena.
Solo dejé de estar pendiente de ellos cuando Justin dijo de ponerles los
apellidos de ellos.
-Drew y Alexander Canterville Sweeney, me gustan son
muy originales.
Mi hermana se calló ante eso y yo no pude evitar
apretar mis puños y contestar.
-Justin…los niños por ahora llevarán el apellido Sweeney
nada más, cuando mi hermana decida contarle a vuestro hijo de su existencia,
que él decida si quiere ponerle los apellidos.
-Dylan, los niños no tienen culpa de lo que pasó
entre Peter y Ellen, además son mi familia y como tal deben llevar el apellido Canterville.
-Basta, yo soy su madre y cuando llegue el momento
tomaré la decisión de si serán Canterville o no-contestó mi hermana de mal
humor-
-Pero…-habló Esme-
-Mirad solo os llamé para que supieseis de su
existencia, no para que vosotros decidáis por mí a lo que mis hijos se refiera.
Aún no he decidido nada de si serán Canterville o Sweeney y así seguirá hasta
que nazcan. Por otro lado entiendo que queráis formar parte de sus vidas porque
son vuestros nietos, pero no os confundáis quien toma aquí las decisiones soy
yo-contestó cabreada, mirando a Justin y Esme-
Esme y Justin se quedaron estupefactos por todo lo
que había soltado mi hermana por la boca, yo solo pude reírme ya que sus
hormonas volvían a controlarla y seguramente cuando se relajase se sentiría
avergonzada.
-Yo… yo lo siento, no quería decir eso,
perdonarme-contestó mi hermana tranquila, lo que me hizo soltar una gran
carcajada-
-Jajajaja, me encantas hermanita-dije
abrazándola-sus hormonas la ponen muchas veces de mal genio, os lo aseguro,
muchas veces me ha tocado a mi sufrirlas.
-No tiene gracia Dylan-dijo mirándome con los ojos
entrecerrados-
-Lo siento-dije conteniendo la risa-
-Tranquila Ellen, lo entendemos de todas formas,
cuando me quedé embarazada de Peter también me jugaban malas pasadas las
hormonas y como tú pensaba que yo era la que tomaba las decisiones sobre mi
hijo, asique te entiendo, solo que… nos gustaría que llevase nuestro apellido,
piénsalo tranquilamente y nosotros aceptaremos
tu decisión, aunque no nos agrade.
-Gracias Esme-contestó mi hermana-
Después de eso, los Canterville se fueron a su hotel
y nosotros al fin nos fuimos a dormir. Los dos días siguientes hicimos turismo
con ellos por Petersburg y el viernes se marcharon a San Francisco. Un día
después nosotros volvimos a Juneau con Paige y Chaise.
Pronto el curso comenzó, Ellen seguía en casa
estudiando a distancia y como si nada pasaron dos meses más.
Era 14 de Marzo, Paige y Chaise estaban fuera de la
ciudad por el trabajo y las chicas estaban de viaje escolar y no volvían hasta
la próxima semana. Ellen ya estaba de 33 semanas y cuatro días, y según el
médico podía ponerse de parto en cualquier momento. Asique yo iba dirección a
casa, ya que hoy había salido más tarde de la universidad, cuando llegué todo
estaba a oscuras y no se oía nada, preocupado subí a la planta de arriba y
busqué a Ellen.
-Ellen, ya estoy aquí ¿dónde estás?-dije entrando en
su habitación-
-Dylan-gimió-
-Ellen-contesté preocupado, mientras corría hacia el
baño-
-Dylan, ayúdame-dijo con lágrimas en los ojos-
-¿Qué te pasa?-dije acercándome a la bañera-
-Los bebés…-dijo apretando los dientes y cerrando
los ojos-
-¿Ya?-dije asustado-
-Sí, a las dos me dolía mucho la espalda y sentía
punzadas, llené la bañera de agua caliente para relajarme y cerca de las tres
menos cuarto empezaron las contracciones, intenté salir de aquí, pero no puedo
levantarme y el móvil está encima del bidé, y ahora mismo acabo de notar como
si saliese algo-dijo llorando-
-¿Qué?, Ellen tócate, tal vez sea el bebé-dije
asustado-
Asustada metió la mano en el agua y pegó un gritó,
lo que me asustó.
-¿Qué pasa?
-Es la cabeza Dylan, ¿Qué hacemos?-dijo llorando-
-No lo sé, la ambulancia no llegará a tiempo…
-Justin…-susurró ante otra contracción-
Cogí su teléfono rápidamente y marqué a Justin, a
los dos tonos lo cogió.
-¿Diga?
-Justin… es Ellen se ha puesto de parto, no sabemos
qué hacer, la cabeza del primer bebé ya está saliendo y ella está en la
bañera-dije de forma atropellada-
-¿Cómo…? Dylan tranquilo vale, no pasa nada si está
en el agua, pero tienes que ayudar a tu hermana a traer al mundo a los niños,
ve a por toallas limpias, unas tijeras, alcohol y un mechero, mientras pásame a
tu hermana para tranquilizarla-dijo Justin-
Fui a por lo que me pidió Justin y mi hermana puso
el móvil en manos libres.
-Dylan ya está aquí…-susurró mi hermana con otra
contracción-
-Bien, Dylan quiero que entres con ella al agua y
hagas lo que te diga, ¿entendido?
-Sí-dije tragando saliva-
Me quité los pantalones y la camisa para después
ponerme delante de mi hermana.
-Ya estoy-dije-
-Bien, quiero que cojas la cabeza del bebé con
cuidado, sin hacer fuerza y tú Ellen quiero que empujes con todas tus fuerzas
en la próxima contracción.
-Vale-contestamos los dos a la vez-
En la siguiente contracción mi hermana empujó con
todas sus fuerzas y noté como la cabeza salió por completo.
-Dylan, ¿salió la cabeza?-me preguntó-
-Sí -contesté-
-Bien Ellen, lo peor ya ha pasado, en la siguiente
contracción, vuelve a empujar con todas tus fuerzas.
Ellen empujó y noté como el bebé salía más rápido.
-Justin, ¿cuánto tiempo puede el bebé estar bajo el
agua?-pregunté preocupado-
-Tranquilo Dylan, los bebés han estado en el líquido
amniótico asique no pasará nada-me tranquilizó-
-Justin ya están saliendo los hombros-avisé-
-Bien Dylan, agarra con tu otra mano sus hombros sin
presionar.
-Ya está Justin-contesté-
-Bien chicos lo estáis haciendo estupendamente, Ellen
este es el último esfuerzo, empuja con toda tu fuerza en la siguiente
contracción, para que termine de salir el primer bebé-nos animó Justin –
Minutos después mi hermana tuvo otra contracción y
el bebé salió por completo.
-Justin, ya ha salido-dije-
-Bien Dylan, ahora saca de forma rápida al bebé del
agua, sin soltar su cabeza y cuerpo.
Hice lo que me dijo y en ese momento el bebé empezó
a llorar.
-Menudos pulmones tienes enano-dije riéndome,
mientras se lo daba a mi hermana-
-Bien hecho chicos, felicidades, pero no podemos
relajarnos, Dylan quiero que cojas las tijeras, les eches alcohol y les prendas
fuego, después quiero que cojas el cordón umbilical lo líes en la tijera dando
dos vueltas, pongas una pinza de ropa mismo, y una vez hecho eso, cortes el
cordón umbilical sin deshacer las vueltas.
Corrí a por dos pinzas, también cogí uno de los
portabebés y volví junto a mi hermana para hacer lo que me dijo Justin. Una vez
hecho, cogí con cuidado al bebé y lo limpié sin hacerle daño, para después
liarlo en una toalla y ponerlo en el portabebés.
-Justin, ya he hecho todo lo que me has dicho, está
durmiendo en el portabebés-dije entrando a la bañera una vez más-
-Bien llama a una ambulancia, para que estén allí
cuando el segundo bebé esté fuera.
Llamé y me dijeron que en media hora estarían aquí,
en ese momento Ellen empezó con las contracciones.
-Justin ya viene el otro-dije emocionado-
Seguí los mismos pasos que con mi primer sobrino, y
diez minutos después ya estaba en los brazos de mi hermana.
-Bien hecho chicos, felicidades a los dos, ahora
abrigarlos y esperar a que lleguen los médicos, ellos sabrán qué hacer. Esme y
yo estaremos allí como mucho en un día, solo dame la dirección y cualquier
problema llamarme.
-Gracias Justin y felicidades a ti también
abuelo-dije riéndome-
A las cuatro y media la ambulancia llegó, miraron a
los pequeños y después miraron a ver si mi hermana había expulsado las bolsas,
le acerqué una toalla para cubrirla, se secó, se puso un camisón y la tumbaron
en una camilla, para montarla en la ambulancia, el paramédico llevaba a un bebé
mientras mi hermana llevaba al más rubito en su regazo.
Corrí a mi habitación me puse ropa limpia y subí en
la ambulancia con ellos, por el camino avisé a Paige, Chaise y a las chicas.
Cuando llegamos al hospital ingresaron a Ellen y chequearon a fondo a los
bebés, a las cinco mi hermana estaba en planta.
Cuando entré a la habitación los tres descansaban en
su cama y sus cunas, me acerqué a ver a los pequeños y fue entonces cuando pude
asimilar todo lo ocurrido hoy, los niños estaban rojos y algo arrugados pero
eran preciosos.
El primero que nació fue el de pelo más oscuro y el
segundo el de pelo más rubio, estaba observándolos cuando una enfermera entró a
la habitación.
-Hola buenas tardes ¿es usted familiar de la
señorita Sweeney?
-Sí soy su hermano-dije en voz baja-
-Bien, ¿podría por favor rellenarme estos papeles?
Los necesito para el registro
-Claro, cuando los tenga se los doy-contesté- ¿puedo
hacerle una pregunta?
-¿Si?
-¿Cuánto han pesado?-pregunté-
-Pues a ver que lo mire
Se acercó a la cuna de los niños, levantó la mantita
que cubría sus piernas y miró su pié.
-Este ha pesado 1,9kg y este otro 2,05kg-dijo la
enfermera-
-¿Eso está bien?
-Sí aunque sean prematuros si pesan más de 1,8kg no
hace falta meterlo en incubadora.
-Muchas gracias
-De nada muchacho-dijo saliendo de la habitación-
Me senté junto a mi hermana y sonreí, al fin parecía
que las cosas empezaban a salirnos bien.
A las seis y media vino la pediatra para preguntarme
la hora del nacimiento de los bebés para poder ponerlo en su historial.
-Pues si no recuerdo mal, a las cuatro y cinco nació
el primero que es el de pelo más oscuro
y diez minutos después su hermano-contesté-
-Muy bien, en quince minutos más o menos vendrán a
traerle la merienda y si quiere después de comer, dará la primera toma a los
bebés. Por cierto tenemos que saber el nombre de los bebés….
-Vale, cuando se despierte ya se lo digo a mi
hermana para rellenar los papeles-dije-
-Muy bien, ustedes mismos pueden ponerle en la
identificación que tienen los bebés los datos, sino llamen con el botón y una
enfermera lo hará.
-Muchas gracias doctora-contesté-
A las seis y media en punto, mi hermana despertó a
la vez que una mujer entraba con su merienda.
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