Decisiones
Nada más
llegar a casa llamé a mi hermano para que supiese que ya había llegado a casa,
me di una ducha y tomé mi libreta de contactos, tenía que empezar mi
investigación lo antes posible para cuando tuviese la ocasión de enfrentarlo
otra vez.
Pronto di
con el número de un viejo amigo de la universidad, a los tres toques me
contestó.
-Hola Claire
cuanto tiempo sin escucharte, ¿qué necesitas?
-Hola Tayler,
cierto hace tiempo que no nos vemos y como siempre das en el clavo, necesito
que me consigas información sobre alguien, pero por favor ni se te ocurra
comentárselo a mi padre y menos a mi hermano cuando lo veas-dije-
- ¿De qué se
trata?
-Necesito
toda la información sobre Brian Sullivan, tiene 24 años y estudió música en la
universidad de Londres, necesito la información lo antes posible Tayler.
-Eso está
hecho preciosa, sabes tengo una idea yo te consigo la información de este chico
y tú aceptas cenar conmigo mañana-me propuso-
-Tayler ya
hablamos de eso-dije-
-Vamos solo
será una cena de viejos amigos, ya me quedó claro la última vez que no querías
nada conmigo-dijo con voz apagada-
-Vamos Tayler
no me hagas esto, sabes que me hace sentir mal.
-Pues ven a
esa cena
-Está bien,
pero nada de regalos y sitios románticos que te conozco
-Hecho,
ponte hermosa aunque no te haga falta, te llevaré a un sitio increíble.
-Está bien
nos vemos mañana sobre las… ¿nueve y media?
-Perfecto
voy a recogerte a tu casa, hasta mañana preciosa.
Después de
colgar el teléfono me quité el jabón del cuerpo y salí a ponerme algo cómodo
para cenar en casa de mi padre, le daría una sorpresa.
Cerca de las
nueve subí a mi coche dirección a casa de mi padre, sin hacer mucho ruido
aparqué en la puerta, cogí las llaves de debajo de la maceta y abrí despacio la
puerta.
Todo estaba
oscuro y eso era raro, mi padre siempre estaba a estas horas en casa viendo la
tele.
-!
Papá¡¡-llamé-
-Cla…Claire-escuché
la voz de mi padre en la cocina algo distorsionada-
-Papá ¿qué
haces en la cocina con la luz….apagada?-dije en un susurro cuando vi la escena
en la cocina-
-Lo
siento-dije saliendo de allí-mejor vuelvo otro día-dije sonrojada-
-Claire hija
lo siento….yo, Dios esto es vergonzoso-dijo rascándose la cabeza-
-No tienes
nada que explicar-dije borrando la imagen de mi padre y Sue montándoselo en la
encimera de la cocina-nos vemos mañana a la hora de comer.
Me monté en
el coche aún impresionada con lo que vi, “no es que mi padre fuese muy mayor
pero nunca pensé en encontrarme a mi padre en esa situación” con rapidez
arranqué el coche y fui dirección a casa para aparcar el coche y dar una vuelta
por el parque cercano a casa ya que estaba segura de que no podría dormir
después de lo que había visto en casa de mi padre.
No era la
primera vez que me encontraba escenas de este tipo, alguna que otra vez había
pillado
a mi hermano y mi cuñada montándoselo y después de ellos, vi a Brian
también, pero nunca me imaginé algo como eso.
Cerca de las
dos de la mañana subí a mi casa y cogiendo primero una cerveza y unas palomitas
encendí la televisión para ver una película, nada más encenderla me arrepentí
de ello, ya que los jadeos y gemidos debido a la escena de la película me
recordó a mi padre y Sue en la cocina, el estómago se me revolvió y tuve que
apagar la tele, resignada me puse el pijama y me fui a la cama, mañana me
esperaba un largo día.
El sol
pronto entró a mi habitación, me desperecé y fui a la ducha, tenía que ver a
Aitor ahora para grabar otra tanda de comentarios subiditos de tono y decirle
que pasado mañana estaría fuera de la ciudad, volvía a Punta Cana algo que
había decidido nada más despertarme, no me iba a dejar pisotear por un niñato
de tres al cuarto al que le gustaba calentar al personal, ya estaba planeando
mi venganza y si a eso le añadimos los resultados de mi investigación será
fácil de llevar.
Después de
dejarle todo listo a Aitor me despedí de él y fui dirección a casa de mi padre
rezando por no encontrarme otra vez una escena como la de ayer o peor, por si
acaso llamaría a la puerta no quería sorpresas.
-Claire,
entra Sue ya está preparando la comida-dijo mi padre sonrojado y nervioso-
-Claro-dije
incómoda-
-Hola Claire,
espero y la comida sea de tu agrado por cierto sobre lo de ayer….
-No necesito
que me deis explicaciones sois lo suficiente mayores para saber lo que hacéis y
no os preocupéis no diré nada-dije-
-Gracias no
sé qué pasaría si tu hermano Derek se llega a enterar ya sabes cómo es, por
cierto tenemos algo que decirte.
-Habla
-Sue y yo
nos casamos en tres semanas, no os hemos dicho nada porque queríamos que fuese
una sorpresa además yo…me gustaría que tú fueses mi madrina
-Claro, no
hay problema y no te preocupes yo se lo diré a Derek.
-Gracias.
La comida la
pasamos en silencio para mí fue realmente incómodo ya que era en la cocina y
cada vez que miraba la encimera la imagen de mi padre y Sue volvía a mi mente.
Cerca de las
ocho de la tarde después de charlar un rato con mi padre y Sue me fui a casa
para prepararme para la cena, a las nueve y media en punto Tayler llamó a mi
piso.
-Ya bajo
Cuando
llegué a la puerta Tayler me esperaba recostado sobre su descapotable, con un
traje de Armani negro y una rosa blanca en su mano.
-Buenas
noche Claire, estás preciosa esta noche-dijo dándome un beso en la mejilla-
-Gracias tú
también estás muy guapo y me alegro de haberme vestido así-dije mirando mi
vestido palabra de honor rosado y azul, largo con una gran abertura en la
pierna derecha hasta el muslo-
-Pues vamos,
el restaurante nos espera-dijo abriéndome la puerta de su coche-
Tayler desde
que nos conocimos en la universidad no ha dejado de pedirme salir con él y como
en aquella época siempre me he negado, él se merecía a una mujer mejor, que su
vida no fuese el trabajo, como era mi caso y desde entonces siempre que tenía
oportunidad me pedía salir a cenar al cine o algo así, para ver si yo cambiaba
de opinión. Era un buen chico y no quería hacerle daño, yo solo lo veía como un
gran amigo al igual que a Jared pero él siempre contestaba que eso
podría
cambiar.
Cuando
llegamos al restaurante pedimos nuestros platos y hablamos de nuestra vida en
estos últimos tres meses, si él supiese… ese era el tiempo que llevaba
trabajando como sexóloga en la radio, pero ese era mi secreto y no quería que
nadie lo descubriese.
Después de
la fantástica cena dimos una vuelta por un parque cercano y antes de marcharnos
de vuelta a mi casa, me dio una carpeta, yo lo miré extrañada.
-Es lo que
me pediste de Sullivan, menudo amiguito tienes-dijo alzando una ceja-
-No es mi
amigo-dije seca-
-Oh entonces
¿es un cliente?
-No es el
hermano pequeño de J, lo conocí en Punta Cana y me tiene chantajeada por algo
que pasó y esto amigo mío, le bajará los humos.
-Me alegra
ayudarte, ¿te llevo a casa?
-Claro
Pronto
llegamos a mi piso y allí en la puerta nos despedimos.
-Buenas
noches Claire-dijo besándome en la comisura de los labios-
En ese
momento no se por qué me acerqué a él y lo besé, el al verme hacer eso se paró
un poco, pero después siguió el beso con intensidad, me tomó de la cintura y me
apegó a él notando en mi bajo vientre su dureza, ambos gemimos por el contacto.
Iba a decirle que subiese pero la imagen de Sullivan y mía en el ascensor hizo
que cambiase de idea y cortase el beso antes de que esto llegase a más.
-Esto,
gracias por lo de esta noche-dije sonrojada-
-De nada,
cuando quieras-dijo volviéndome a besar-por cierto, cuando vuelvas de las
vacaciones me gustaría hablar de esto-dijo besándome otra vez y subiendo a su
coche, dejando el tema zanjado-
En toda la
noche no pude pegar ojo por lo ocurrido con Tayler, él era un chico guapo,
protector, amable y cariñoso, además de besar como los dioses igual que Brian….
¿Pero por
qué pienso en él?-me regañé a mí misma-
Me di una
ducha rápida y antes de irme a la cama cerca de las siete de la mañana, compré
mi billete de avión hacia Punta Cana para esa misma tarde.
Mi vuelo
saldría a las cinco de la tarde asique puse el despertador a las doce y caí
rendida en la cama. Cuando desperté a las doce fue entre sudores debido al
sueño tan húmedo que había tenido, solo recordarlo me daban ganas de buscarlo
y…
Me levanté
somnolienta y me di una ducha de agua fría soñar que tenía sexo con Tayler y
luego de repente aparecer Brian y disfrutar como una leona era realmente
increíble.
Cuando salí
de la ducha vi la carpeta que me dio Tayler y la ojeé un poco, con cada línea
que leía la sonrisa en mi rostro se ampliaba más.
-Te tengo Sullivan-dije
en voz alta, cerrando la carpeta-
Pronto lo
tendría comiendo en la palma de mi mano y no volvería a amenazarme por lo del
ascensor.
A las tres y
media cogí mi maleta y antes de llamar un taxi vi la cajeta con el consolador
que Ruth me regaló por navidad en el amigo invisible, una idea descabellada
pasó por mi mente y lo cogí para llevármelo, se me estaba ocurriendo una
magnífica idea.
Subí al
avión con el temor de que me descubriesen ese odioso aparato y cuando al fin
este despegó me relajé bastante, tiempo después de despegar me quedé dormida en
el asiento y otra vez soñé con algo realmente erótico, yo sentada en un
taburete desnuda acariciando mi sexo y pellizcando mis pezones, mientras el
consolador lo metía en mi boca, en frente de mí había un espejo que me mostraba
una imagen deslumbrante Brian y Tayler a mis costados masturbándose, mientras
me pedían entre jadeos que me penetrase con él yo para complacerles hice lo que
me pidieron y pronto gemía con ellos de placer, primero con círculos, luego
hacia dentro y hacia afuera y luego aumentando la velocidad, antes de llegar al
orgasmo Tayler me quitó el aparato y lo sustituyó por su miembro duro y
erguido, el cual luego fue cambiado por el gran pene erecto de Brian, en menos
de cinco minutos ambos nos corrimos emitiendo un gran grito de placer.
Gracias a
ese sueño, me había despertado sudorosa en el avión y con un gran calentón, ya
estábamos a punto de aterrizar.
Bajé del
avión aún con las imágenes de mi sueño frescas y tomé un taxi dirección al
hotel. Al entrar se me antojó ver a Sullivan con una chica pelirroja dirección
al ascensor por lo que yo decidí pedir las llaves de la habitación y subir por
las escaleras, no me quería arriesgar.
Antes de entrar a la habitación puse el
oído en la puerta por sí estaban allí, ya suficientes imágenes de sexo había
visto en menos de una semana, no escuché nada por lo que abrí la puerta y menos
mal, la habitación estaba vacía, asique coloqué mi ropa en el armario y me di
un buen baño, cerré los ojos y fue en ese momento cuando las imágenes de mi
sueño en el avión volvieron a aparecer, pronto me encendí y no pude evitar
acariciarme hasta que llegué al orgasmo.
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